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Abel Rodríguez Canal es neumólogo del CHUO.// Iñaki Osorio

Abel R. Canal - Neumólogo del CHUO

"Un fumador con Covid-19 tiene el doble de posibilidades de que algo vaya mal"

"El estrés generado por el confinamiento no ayudó en la lucha contra el tabaco"

La lucha contra el tabaco celebra hoy su día mundial centrada, este año, en la protección de los jóvenes ante el hábito de fumar. A pesar de que la pandemia del coronavirus ha eclipsado este lema, el neumólogo del CHUO, Abel Rodríguez, ha querido incidir en la "descarada" campaña de la industria tabacalera por captar nuevos clientes para una adición que causa ocho millones de muertes al año.

-¿Es la Covid-19 un motivo más para alejarse del tabaco?

-Hay dos certezas claras: el tabaco hace más vulnerables los pulmones, y el fumador infectado que desarrolla la enfermedad tiene el doble de posibilidades de que sea una enfermedad grave, el doble de posibilidades de ingresar en UCI y precisar ventilación mecánica, y el doble de posibilidades de mortalidad. Eso es incuestionable. Y aunque no con tanta contundencia, también podemos decir que fumar va a ayudar a contraer el virus porque los fumadores se protegen peor. Es imposible llevar bien una mascarilla y fumar a la vez. Un fumador habitual se lleva el cigarrillo a la boca 300 veces al día. Entonces sí, la Covid-19 es algo más que añadir para que un fumador empiece a pelear con el tabaco.

-Pero llegó a decirse al inicio de la crisis sanitaria que los fumadores tenían menos riesgo de contraer el coronavirus cuando la realidad es la contraria.

-Sí, y no está demostrado ni hay ningún estudio que sostenga que el tabaco protege, esa es otra certeza. El humo del cigarrillo hace más vulnerable el epitelio pulmonar, la mucosa de los bronquios, y esto hace más fácil la penetración del virus en nuestras células.

-Y el pronóstico es peor.

-Sin duda. Hay varios metaanálisis que van en este sentido. En que si es fumador se duplica la posibilidad de que las cosas vayan mal.

-¿La exhalación del humo del tabaco en las terrazas aumenta el riesgo de contagio?

-Sí, es evidente. Lo que se llama el humo de segunda mano, el tabaquismo pasivo, causa enfermedad y está detrás de uno de los ocho millones de muertes por tabaco que se producen al año. Hay que insistir en que si de verdad es una terraza con dos paredes libres además del techo, el humo de segunda mano es menor. Pero sabemos que la realidad no es esta, lo que ahora llaman terraza es una pared libre, y eso es como estar en el interior.

-¿Ha empeorado la situación el confinamiento?

-Es verdad que el lugar de trabajo, por lo general, es un espacio libre de humo, pero al estar confinado las normas las pone el fumador. Nosotros hemos visto que se ha fumado más y que fumadores que estaban peleando con el tabaco recayeron en una proporción importante. Además, el grado de estrés generado por el confinamiento no ayudó en la lucha contra el tabaco.

-Ahora que se retoma la actividad asistencial ¿como se reorganiza la atención a fumadores?

-Hemos realizado consulta no presencial, contactado con gente que había iniciado un tratamiento y hemos continuado con recetas y ofreciendo apoyo. Esto nos hará cambiar la forma de trabajar. Habrá más consulta telemática y hemos visto que se puede hacer así. En tabaco, esto ya estaba inventado desde hace tiempo, porque para dejar de fumar ya funcionaban los grupos de apoyo por chat, 'online', correos, electrónicos, Whatsapp... El cierre de la consulta presencial fue un problema y ahora tenemos una lista y tendremos que priorizar. Primero los fumadores con una patología asociada, no simplemente los que tienen una adicción, sino los que desarrollaron cardiopatía o una enfermedad pulmonar o oncológica.

-¿Siguen cayendo los jóvenes con la misma facilidad que antes?

-Las estadísticas son desalentadoras, en los últimos años no se ha avanzado prácticamente nada. Estamos en la misma edad de inicio y por las mimas razones, a pesar de que se han desarrollado e implementado talleres en los colegios. La industria tabacalera sigue campando a sus anchas, siempre encuentra un resquicio legal a nivel de promoción para presentar el tabaco como algo normal. Es una estrategia muy agresiva con los jóvenes, y ahí todavía van ganando ellos.

-¿Cuál es la edad de inicio?

-Los 12-13 años y curiosamente ese primer cigarrillo lo suelen conseguir de sus padres fumadores o de un hermano mayor.

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