En pleno confinamiento por el coronavirus, el monte sigue ardiendo tras varias jornadas con temperaturas primaverales y contadas precipitaciones. El servicio de extinción de incendios es una labor que no para con el estado de alarma. Además de colaborar en tareas de desinfección para luchar contra el coronavirus, los trabajadores contra incendios deben enfrentarse también ahora al fuego. En Vilamartín de Valdeorras, fuentes del servicio de extinción informan de que peligra la aldea de San Vicente de Leira (76 habitantes, según el IGE, y esperando desde hace 20 años por el arreglo de una carretera).

Los bomberos urbanos de A Rúa participan en el operativo. Las llamas han formado un frente de 1,5 km de longitud. El incendio continúa activo. La provincia de Ourense, castigada por las llamas con independencia de la época del año, ha registrado hoy otros focos en municipios de Avión y A Mezquita. Además, en el parque natural transfronterizo del Xurés, Reserva de la Biosfera asolada por incendios desde hace décadas, un fuego que entró de territorio portugués ha quedado controlado tras afectar a unas 20 hectáreas.