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Regreso a cuentagotas de generaciones de vecinos

El retorno de ourensanos del extranjero ya supera a los emigrantes en los últimos años

El saldo de movimientos migratorios es positivo desde 2016 -En el último año, un total de 1.360 ourensanos volvieron a la provincia desde el extranjero y se marcharon 558 -Los "treintañeros", el grupo más emigrante

La plataforma Vía Galega y manifestantes en la Plaza Mayor, protestando por la "expulsión". // Iñaki Osorio

"Queremos que nuestra juventud tenga la oportunidad de volver a la tierra de sus padres y sus abuelos a desarrollar sus trayectorias personales y profesionales". Esas fueron las palabras del secretario general de Emigración, Antonio Rodríguez Miranda, en una reunión con jóvenes gallegos en Venezuela. La crítica política advierte que las cifras son "optimistas" para que cerca de 20.000 gallegos vuelvan a su tierra, pero ¿y los ourensanos?

Una generación de la provincia emigró por la falta de oportunidades en la última década. Sin embargo, las estadísticas experimentan una tendencia positiva desde los últimos cuatro años. La tendencia en la estabilidad económica invitan al regreso de algunos, bajo el amparo de un trabajo, aunque no al mismo nivel que el del extranjero.

Desde 2016, la provincia presume de saldo positivo migratorio. En ese mismo año un total de 845 personas volvieron a su tierra y se marcharon 718. Más de un centenar de personas retornaron desde el extranjero. Y es que esa pendiente positiva se incrementó al año siguiente.

En 2017, se produce uno de los mejores resultados de los últimos 20 años, con un total de 1.228 retornados y 647 emigrantes locales. Otro saldo positivo que se ve mejorado con el paso del tiempo al establecerse en 2018 un nuevo registro que marca récord. El año pasado decidieron abandonar la provincia un total de 558 ourensanos, sin embargo el incremento de retornados es mucho mayor que en años anteriores. El aumento es considerable al registrarse 1.360 retornados.

El grupo más emigrante

A pesar del saldo positivo, hay cosas que no cambian. La emigración forma parte del periodo vital que se vincula a las oportunidades de trabajo, base del sistema. Por ello, el intervalo de emigrantes de entre 25 y 55 años es el grueso del movimiento migratorio. Y dentro de la matrioshka de las estadísticas, los datos revelan que las generaciones jóvenes, es decir los grupos de edad de entre 20 y 35 años, son las personas que escapan de la provincia de Ourense. ¿Las causas? La principal es el acceso a las escasas oportunidades de trabajo y la poca especialización del mismo en la provincia.Pero las críticas de los emigrantes no se quedan ahí, si no que abordan la problemática de su vuelta en base a la precariedad del trabajo. Alegan formación y currículum, pero las condiciones laborales no se manifiestan de la misma forma. La crisis abocó a la emigración a una generación formada, que a cuentagotas está volviendo.

Desde 2016 hasta 2018, un total de 748 jóvenes han abandonado la provincia para buscar una oportunidad en el extranjero. Y dentro de esos datos, los hombres son los que más emigran. En 2016, se marcharon un total de 368 hombres por 350 mujeres, en 2017, 341 varones por 306 féminas y en 2018 se mantienen la tendencia con 286 emigrantes hombres por 272 mujeres.

La provincia gana adeptos

El saldo demográfico de la provincia es crítico. Sin embargo, queda mucho camino para recuperar el talento de una juventud emigrante. La tendencia del retorno de los ourensanos se ejemplifica también con las personas de origen extranjero que vuelven a la provincia. Desde el 2016, superan las 1.000 personas, siendo el último año el mejor registro de la última década. En 2016, retornaron un total de 1.176 personas extranjera, en 2017, más de 1.500 y el último año, casi 2.100 personas. Por grupo de edades, el comprendido entre 25 y 29 años es el que más cantidad aporta en el último año con 276. Le sigue los "treintañeros" con 238 personas y los "veinteañeros" con 211. La tendencia positiva no esconde la carencia de oportunidades, ni tampoco el saldo total de una década pérdida para una provincia que vio como la fuga de talentos, ya no era una película.

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