La XXXII edición del campamento urbano de Amencer cerró ayer sus puertas con 879 niños y niñas inscritos, de edades comprendidas entre los 8 y los 15 años, siendo la edición más numerosa hasta la fecha. Los participantes del campamento y sus monitores fueron recibidos en la escalinata de la iglesia Santa María Nai por el teniente de alcalde, Jorge Pumar, regidor en funciones, por la concelleira de Xuventude, Flora Moure, y por el vicepresidente de la Deputación de Ourense, Armando Ojea. "Agradecemos que un año más Amencer tuviera la oportunidad de hacer este campamento", comentó Jorge Pumar.
Flora Moure les dijo que esperaba que repitiesen la experiencia el año que viene y el vicepresidente de la Deputación destacó la figura de los monitores voluntarios del campamento. Tras la despedida realizada por parte de las autoridades locales, los menores se fueron a celebrar el fin del campamento.
Los más pequeños, realizaron una fiesta en las instalaciones de Salesianos. Los mayores de 11 años acudieron a varias discotecas de la ciudad que abrieron sus puertas a los menores del campamento. Tras las celebraciones, todos los inscritos disfrutaron de la fiesta de la espuma en Salesianos. Como día especial, los niños y niñas comieron en la sede de Amencer todos juntos.
La velada final del campamento de Amencer consiste en una serie de actuaciones de baile o canto, preparadas por los propios menores. Los monitores eligen al mejor grupo de cada edad y le conceden uno de los galardones, los 'urbanitos'.
Una vez que finalizó la velada, a las 17.00 horas, todos los participantes se despidieron de los monitores y de los amigos que han hecho a lo largo de estos nueve días de juegos, aprendizaje y convivencia. Desde Amencer el balance de la edición es "muy positivo". "Me lo pasé muy bien y volveré el año que viene", afirmó una niña. La actividad más destacada fue la convivencia en Cangas. "Lo más divertido fue la playa", sentenció un participante.