Una profesora del adolescente se puso en contacto con la Policía para poner de manifiesto cambios en el ánimo y la conducta del menor que resultaban sospechosos. La docente temía que el origen fuera un posible caso de acoso escolar. Ese fue el escenario de partida. Pero las averiguaciones de los agentes sacaron a la luz un supuesto acoso por parte de un cura, el párroco de Seixalbo y capellán en el hospital, Manuel V. D. -cumple 78 años en abril-, quien ha sido apartado por el Obispado de Ourense tras comunicar las sospechas a la Conferencia Episcopal y al Vaticano. Ayer continuaba ingresado, en estado grave aunque algo mejor según su entorno, en la UCI del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO). Las fuentes divergen sobre las razones de su estado de salud: desde un ictus a un supuesto intento suicida ingiriendo un tóxico. Agentes de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM), de la Policía Judicial, investigaron y averiguaron que los mensajes que el religioso enviaba al chico eran constantes. En poco más de 3 semanas, presuntamente remitió cerca de 700 por Whatsapp, una treintena al día de media.

Su contenido aludía a temas sexuales. El religioso lanzaba preguntas sobre sus experiencias e insistía al joven con quedar, pero la víctima nunca accedió. La información sobre el menor llegó a la Policía a finales del mes de febrero. El asunto pasó a manos de la UFAM, que recogió la versión del adolescente en una exploración con su madre presente. Las pesquisas apuntaron al párroco de Seixalbo. El religioso, natural de Castro Caldelas y ordenado en marzo de 1969, fue citado a la comisaría de Ourense a mediados de la pasada semana, en calidad de investigado por un presunto delito de acoso en la modalidad de "stalking" o acecho, una infracción penal que se introdujo en el Código Penal con la reforma de 2015. Castiga las conductas de hostigamiento que causan una alteración en la vida cotidiana de la víctima. Contempla posibles condenas de tres meses a 2 años de prisión, o multa.

El sacerdote compareció en la comisaría de Ourense acompañado por un abogado. Según fuentes policiales, el religioso se acogió a su derecho a no declarar. En las averiguaciones practicadas hasta el momento no hay constancia de más víctimas, pero los agentes no cierran las pesquisas. El atestado de la UFAM fue remitido al juzgado que se encontraba en funciones de guardia en la ciudad, Instrucción 2, pero su titular se ha inhibido en favor de Instrucción Número 1, que es la sede a la que corresponde la competencia por razón de las fechas en las que tuvieron lugar los hechos. El expediente aún no había llegado físicamente ayer al juzgado que se encargará de la fase de investigación previa al juicio. No hay, por lo tanto, ninguna decisión todavía sobre la posible citación de testigos o la imputación del cura.

El caso saltó a la opinión pública después de que el Obispado emitiera un comunicado para informar -sin identificar al religioso- "de que un presbítero de edad avanzada, con cargo pastoral, está en proceso de investigación en relación a un presunto caso de acoso a un menor a través de redes sociales". El obispo Leonardo Lemos "se puso en contacto con el sacerdote y, después de manifestarle la gravedad de la situación, de acuerdo con los Protocolos vigentes de la Santa Sede y de la Conferencia Episcopal Española, le suspendió cautelarmente del ejercicio público del ministerio sacerdotal, indicándole que cesase toda tarea pastoral mientras la investigación prosigue su curso. Además, simultáneamente, por decreto episcopal, da comienzo el proceso canónico de investigación preliminar".

Añadió la Diócesis de Ourense que "desde el primer momento, y dentro del respeto al derecho constitucional a la presunción de inocencia que asiste al sacerdote, manifestamos nuestra total colaboración con la Administración de Justicia. También, con profundo dolor, lamentamos el posible daño causado a la víctima y a su familia, y desde este momento nos ponemos a su disposición para prestarle el apoyo y la ayuda necesaria". El suceso ha causado consternación en la parroquia de Seixalbo.

Mientras no se resuelven las investigaciones penal y canónica, las misas y otros oficios en este núcleo rural del municipio de la capital no se suspenden. La Diócesis asignará curas según la disponibilidad.