Un grupo de 24 alumnos de Bachillerato del Colegio Malvedo participaron ayer en un taller sobre consumo en el que conocieron su evolución histórica desde la economía agraria al márketing experiencial y reflexionaron sobre la identidad digital que ellos mismos se construyen a través de las redes sociales.

Impartido por los técnicos de la Oficina Municipal de Información al Consumidor, OMIC, de Ourense, Rosa María Rodríguez, Ángel Folgoso y Marta Rodríguez, la actividad quiso "abrir los ojos" de los jóvenes frente al consumo impulsivo en una economía de servicios en la que "los propios consumidores son productos", explica Rosa Rodríguez. En esta línea, la actividad dedicó gran parte del tiempo a debatir sobre la identidad digital y "como la construimos cada día con material que nosotros mismos subimos a las redes sociales", añade.

Los jóvenes reflexionaron sobre si la imagen que ofrecen de sí mismos es real o creada y, sobre todo, sobre los motivos que les llevan a exhibir esa información en sus perfiles públicos. "Es muy interesante trabajar con ellos porque no son conscientes de que se convierten en producto de consumo en una sociedad en la que ya tenemos de todo pero necesitamos acumular experiencias y además queremos exclusividad: tú no eres nada si no tienes ese teléfono o si no haces ese viaje", explica Rosa Rodríguez. El problema cuando lo que consumimos es imagen, añade, es que se trata de "un consumo infinito, desenfrenado, en el que consumes experiencias para acabar de construirte y nunca lo consigues; vivimos un presente infinito".

Además, el taller abordó también los mecanismos de reclamación que ofrece la OMIC y animó a los jóvenes a actuar como "agentes sociales" ante situaciones injustas de consumo: "No se trata sólo de protestar en las redes sociales, sino de escribir en un papel y formalizar la queja en la oficina", concluye Rosa Rodríguez.