La solidaridad de los ourensanos crece y se está alcanzando una media anual de 200 adopciones de otros tantos perros o gatos que están acogidos en la perrera municipal de la ciudad.
Esta ha sido siempre la parte más bonita de este trabajo", explica Area Cid, una de las trabajadoras más conocidas de estas instalaciones que este domingo se despedía en su última jornada de trabajo tras cuatro de dedicación a los animales acogidos en la perrera, para dedicarse a otro cometido en lo que es su profesión de educadora social.
La mayoría de los animales que llegan a estas instalaciones son "parte fea del trabajo de cada día", indica Area Cid pues consiste en "ir a recoger animales en mal estado, otros malheridos o muertos por peleas; perros maltratados por sus amos y enfermos".
Cada semana llegan de cinco a diez nuevas canes o gatos, la mayoría perros, "la cifra depende de si ha habido nuevas camadas que nadie quiere, y esta situación no dejará de pasar hasta que la gente sea responsable y esterilice a sus animales, explica".
Area Cid, una de las más populares cuidadoras de estas instalaciones municipales, afirmaba que "va a ser difícil dejar esto pues algunos perros llevaban cuatro años conmigo". La respuesta a sus lágrimas fue un insólito aullido al unísono de los animales enjaulado.