Le llamen "chisme, "medalla" o "botón", el pulsador de teleasistencia es una alerta SOS si hace falta. Otilia Cabaleiro, de 83 años, lo tiene desde que enviudó, hace 7. Aún no lo ha necesitado pero nunca se lo quita. Los operadores llaman de vez en cuando para interesarse y responden siempre que se pulsa el sistema de aviso, sea por una acción voluntaria o sin querer. El dispositivo está conectado siempre y al otro lado se recibe atención personalizada las 24 horas, 365 días.

La teleasistencia se dirige principalmente a personas mayores que viven solas, o aquellas en situación de dependencia -salvo Alzheimer, mudez o sordera profunda-, que requieran una atención inmediata si se produce una emergencia, sea un problema de salud, un accidente doméstico o la sensación de inseguridad, soledad o aislamiento. El servicio sirve como recordatorio de toma de medicamentos o citas médicas, así como para hacer un seguimiento del usuario y detectar algún problema según su forma de expresarse. O simplemente para hablar.

La Diputación, la Cruz Roja y el Concello de Ourense tienen de alta en teleasistencia a casi 3.000 usuarios. La administración provincial, que presta el servicio en todos los concellos excepto en la capital -su competencia son los de menos de 20.000 habitantes- cuenta con 1.580 usuarios. El Concello registra a 357 personas asistidas de forma gratuita -según los últimos datos, de 2015-, y Cruz Roja cubre a 1. 060 en toda la provincia. Asimismo, hay varias entidades privadas que también contratan el sistema.