La 82 edición del congreso del PEN Internacional arrancó ayer con las reuniones de trabajo que los 194 escritores procedentes de países de los cinco continentes celebran a puerta cerrada para planificar y debatir acciones y propuestas en defensa de la libertad de expresión y de la palabra como nexo entre lenguas y culturas. La sala del centro cultural Marcos Valcárcel convertida por una semana en sede del colectivo se ha vestido para la ocasión con la exposición "Libertas", una colección que visibiliza en siete semblanzas de siete escritores el ataque a la libertad de expresión que han sufrido y sufren centenares de escritores e intelectuales en todo el mundo.
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El escritor ourensano Xosé Luís Méndez Ferrín está en la selección, junto con Federico García Lorca, poeta y dramaturgo asesinado en agosto de 1936. Su sobrina Laura García-Lorca eligió para representar al escritor andaluz un soneto con el verso libre signo de normas oprimidas seré por ser, dijo, "difícil de mejorar". Muchos millones de personas "le siguen viendo hoy como el líder de las normas oprimidas", indicó.
El objetivo de esta exposición es precisamente alzar la voz de los "mil escritores acosados, perseguidos, hostigados, encarcelados, vilipendiados, silenciados y asesinados en todo el mundo", en palabras de Olegario Sampedro, profesor, psicólogo y autor de las fotografías que ilustran la colección. La presidenta del PEN Internacional, Jennifer Clement, se mostró conmovida ante la posibilidad de trabajar durante cinco días con "estos grandes testigos viendo lo que vamos a hacer". Esta colección, indicó, "nos recuerda la fragilidad de todas las libertades y la valentía de aquellos que defienden el esencial derecho de ser testigos de su propia historia y tiempo". La libertad de expresión, sostiene Clement, "es también el camino de la memoria".
"Libertas" es un proyecto promovido por el Centro PEN Galicia, coordinado y dirigido por el director técnico, Xabier Castro, con realización pedagógica del Instituto de Mediación Educativa de Ribeira. Sampedro explicó que los siete escritores elegidos configuran "un cosmos de gente que representa la represión y algo tan grave como es el silencio". La exposición incluye una parte estética integrada por las fotografías de Sampedro y otra que consiste en esa miríada de escritores acosados "por expresar algo tan humano como su opinión". Se trata de seis hombres y una mujer, una selección en la que la "perversa" desproporción lleva implícita una denuncia: "Hay menos mujeres acosadas porque ellas están más silenciadas".
Además del ya citado Lorca y de Ferrín, de quien el también ourensano Bieito Iglesias recuerda la persecución franquista a la que se vio sometido, los años de prisión y la carta de apoyo que recibió del PEN Club firmada, entre otros, por Arthur Miller y Tenesse Williams, está también el cubano Ángel Cuadra, "que perdió su libertad para ganar la de todos nosotros", señala el crítico Eme Cartea. Margarida Ledo rinde homenaje al nigeriano Jude Dibia, que escribió sobre la homosexualidad y tuvo que huir y refugiarse en Malmö, Suecia. Manuel Rivas hace una semblanza del escritor turco Orham Pamuk, Premio Nobel de Literatura 2006 y víctima de una campaña de odio en su país por defender a los kurdos y armenios. Inma López Silva recuerda al escritor chino, Liu Xaiobo, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2010 mientras cumplía una condena de 11 años de prisión por publicar en 2008 un manifiesto a favor de la defensa de los derechos humanos y la libertad de expresión.
No podía faltar la poeta y periodista cruelmente asesinada, Susana Chávez, activista contra el feminicidio en Ciudad de Juárez, del que también acabo siendo víctima.