Fue uno de los cazadores que encontraron el cadáver, José, quien se puso al teléfono para llamar al padre de Socorro, del que es amigo personal, y le daba la noticia de la aparición del cuerpo sin vida supuestamente de su hija, a la que también conocía, y en algunas ocasiones vio correr o pasear por esa zona. En cuanto a la reacción del padre, dice que "casi se lo esperaba", sobre todo después de que transcurriese un mes desde su desaparición, y al estar convencidos que no había sido por voluntad propia.

Por su parte, el portavoz de la familia, Jesús María Pérez, explicó que del hallazgo del cadáver tuvo conocimiento a través de su tío, en torno a las diez de la mañana, y cuando se estaba preparando la concentración en Rabo de Galo, lugar de donde son naturales los abuelos de la mujer, y que tenía como objetivo pedir que no se abandonasen la labores de búsqueda.

De ahí que de inmediato se trasladase a la zona alta del Seminario, a donde acudió el furgón judicial que trasladó el cuerpo para realizar la autopsia, después de que la juez ordenase el levantamiento del cadáver.

Se trata de una zona que conduce a la parte más alta del seminario, que según comentaban ayer los vecinos no es muy transitada, aunque reconocen que algunas personas la utilizan para caminar y correr, como era el caso de la mujer desaparecida, ya que fue donde se le vio por última vez.