Siguiendo la estela de Manuel Curros Enríquez, Xosé Luis Méndez Ferrín dedicó un poema en 1982 a la Virxe do Cristal que fue traducido a 18 idiomas. El escritor, con raíces familiares y una infancia ligada a Vilanova dos Infantes, ya manifestó tras el crimen que el homicidio unido a la desaparición de la singular imagen era "un drama tremendo para todos, ateos e cristiáns". Ayer el literato ofreció un discurso emocional, lamentando la muerte violenta de Adolfo Enríquez y la sensación de pérdida colectiva por la desaparición de la imagen mariana, de gran valor devocional y considerada una de las más pequeñas del mundo. "Sentimos unha negra tristura", dijo, por la "horrible morte" del párroco Adolfo Enríquez, "un bo e xeneroso como reza o noso himno, humilde e solidario, que se fixo querer e respectar".

Méndez Ferrín subrayó que la desaparición de la talla del siglo XVIII en el asalto a la rectoral supone "un segundo crime". "Estamos ofendidos e orfos porque nos roubaron a Virxe do Cristal; extirparon algo que forma parte do noso ser e da nosa memoria identitaria". La imagen sobrepasa el ámbito religioso y de Vilanova, incidió Méndez Ferrín. "Forma parte da literatura e do patrimonio galegos".