Quince niños con distintos grados de discapacidad de tipo físico o mental, participan en el curso de terapia acuática para familias que dio comienzo ayer en el Complejo Hospitalario de Ourense, y que va dirigido a los padres, para que prendan técnicas con las que mejorar la calidad de vida y capacidades motrices de sus hijos, así como el vínculo afectivo entre ambos.

El curso, impartido por el fisioterapeuta José Alberto Barrigón, comenzó en la tarde de ayer "y la buena disposición de los padres, y su afán de trabajo para contribuir en la mejor calidad de vida de sus hijos, hizo posible que avanzáramos e impartiéramos más materia en esta primera clase de la prevista", indica el monitor.

José Alberto Barrigón Camacho es uno de los profesionales con mayor reconocimiento en el campo de la fisioterapia especializada en terapia acuática y con una extensa experiencia profesional y docente en el campo de la fisioterapia acuática, especialmente la destinada a mejorar el desarrollo de niños y niñas con discapacidad, o con necesidades especiales.

El objetivo principal a nivel psicomotor, es que conozcan el medio acuático, un medio "donde el cuerpo pesa menos, y por lo tanto es más fácil para ellos hacer determinados ejercicios y mejorar la autoconfianza", explica Camacho.

Nuevas sensaciones

Eso les permite además experimentar nuevas sensaciones y conseguir un nivel acuático determinado por su patología o e dad, mejorar su condición física general, amplitud de movimiento y potenciar la musculatura.

El objetivo de cara a los padres, es socioafectivo. pues pretende favorecer la relación entre padres y madres y sus hijos, facilitando el descubrimiento de las posibilidades de los niños y compensando la tendencia a su sobreprotección.

Las clases serán predominantemente prácticas para que el aprendizaje de niños y adultos sea activo. Además de los ejercicios en el agua, se llevarán a cabo pequeñas sesiones explicativas y de observación en tierra.Las actividades dentro de la piscina, incluirán siempre a un adulto, padre, madre o tutor, junto al niño, formando a pequeños grupos integrados por un máximo de cinco a seis parejas.

A Lo largo del curso se ira introduciendo mayor grado de complejidad en los ejercicios, en función de las capacidad de adaptación de padre y niños.

Los niños participantes son de las unidades de atención temprana, que como la de Ourense, ayuda a niños con necesidades especiales. La mayoría tienen diagnóstico de parálisis cerebral, síndrome de Down, o cualquier otra causa que genere dificultades para su normal desarrollo.

"Son padres muy volcados en el problema de sus hijos""

El monitor de este curso de terapia acuática para niños con discapacidad, reconoce que vió en Ourense, "a padres muy volcados y comprometidos con el problema de sus hijos y muy interesados en aprender las técnicas lo mejor posible para ayudarles", explica.

La terapia acuática emplea el juego en el agua para el logro de objetivos sin casi esfuerzo por parte del niño. El tratamiento en el agua aprovecha las propiedades del medio acuático, para conseguir los objetivos con un menor esfuerzo. Si bien el agua puede favorecer la movilidad al suprimir el peso del cuerpo, el movimiento dentro de ella resulta mucho más dificultoso. Ambas características resultan muy prácticas para desarrollar distintos ejercicios beneficiándose también de la flotación y la propiedad térmica del medio, para favorecer la sensación de bienestar de los niños.

De ahí que para estos niños, que tienen algún tipo de discapacidad, evolucionar en el medio acuático, se convierta en una actividad beneficiosa que incide en su desarrollo integral, tanto a nivel psicomotor, cognoscitivo como socio-afectivo.

"Es una experiencia piloto, de ahí que trabajemos en grupos de unos cinco niños cada uno, para poder explicar con tiempo las pautas y seguir la evolución", explica José Alberto Barrigán.

Cada clase tendrá una duración de entre 45 y 60 minutos, "se recomienda agua caliente o templada para facilitar el movimiento, aunque luego los padres, una vez aprendidas las técnicas pueden practicarlas en la playa o la piscina, como un juego".

Un monitor que lleva recorridos más de 25.000 kilómetros en su vuelta al mundo en bicicleta

Detrás de este fisioterapeuta jienense, que está impartiendo el curso piloto de terapia acuática para niños con discapacidad hay una, cuando menos, curiosa historia que empezó hace dos años, cuando José Alberto Barrigán y su novia, también fisioterapeuta, aparcaron sus quehaceres profesionales para iniciar la "vuelta al mundo en bicicleta".

En ello siguen, con esporádicas paradas para dar cursos como el que imparte en el CHOU, "para seguir cumpliendo nuestro cometido sanitario y para recuperar fondos económicos", bromea.

En estos dos años ha recorrido ya Europa, Asia, Oceanía, Estados Unidos, Australia y les quedan el continente africano, que conocen en parte pero en otro tipo de viajes Sudamérica.

"No es un reto, ni hay un itinerario trazado, simplemente pensamos que la bicicleta era una forma de conocer el mundo, empezamos el viaje en su día con una ruta, definida y la cambiamos al poco tiempo, según las necesidades, explica.

Tampoco tienen fecha fija para el remate de esta peculiar aventura, que le ha permitido incluso impartir algún curso en los paises de destino. En medio de su compromiso laboral y la aventura a dos ruedas, aún tuvieron tiempo para trabajar como colaboradores solidarios en Bolivia o Portugal. Todo un ejemplo.