Deberíamos callar más y hablar menos...Tanto avanzar y modernizarse que por el camino hemos perdido lo más básico. ¿Cuántas veces hemos oído “renovarse o morir”? En este mundo digital en donde lo más importante son los seguidores, los likes, nos olvidamos de algo muy importante. En relaciones sentimentales estamos más pendientes de nuestro Instagram, Twitter o Facebook que de nuestras parejas. Las mujeres han dejado de arreglarse para ellas mismas a seguir patrones que imponen sin saberlo los miles de videoclips que circulan por las redes...¿Y dónde quedaron esos besos, esos abrazos, esas caricias que sin ninguna palabra lo decían todo? Tenemos relaciones tóxicas por miedo a estar solos, buscamos sin saberlo subir nuestro ego en redes como Badoo, Tinder, Lovoo en donde nos ofrecen sexo sin compromiso. Y en el fondo no es más que otro parche. ¿Qué es el amor? ¿Podemos enamorarnos más de una vez? Son preguntas difíciles de contestar... He pasado por diferentes fases en mi vida...y ahora mismo pienso que encontrar el amor, mantenerlo y conservarlo es la suerte de una minoría. Encontrar a alguien que no te juzgue sino que te ayude a mejorar, que te acompañe y vea tus defectos como algo irresistiblemente hermoso es muy complicado. ¿Sabes por qué? Porque tenemos a nuestro alcance tal catálogo que a veces por la curiosidad nos tiramos a la piscina sin agua (y en ese momento no pensamos que el problema no es el salto, sino el salir de la piscina de una pieza). Así que olvidémonos de estereotipos, de modas pasajeras, y aprendamos a valorar el amor. Porque cuando nuestra piel se arrugue nuestra mayor belleza no se mirará reflejada en una imagen en el espejo. Nuestra forma de ser es lo que nos hace diferentes, únicos. Y qué mejor que una mirada para comenzar una aventura... y así descubrir que tu lugar favorito son sus brazos.