Los días 31 de marzo y 1 de abril tuvimos en Santiago un encuentro de empresarios católicos organizado por don Julián Barrio, arzobispo de Compostela. Allí estuvimos un grupo de empresarios capitaneados por nuestro consiliario, don Jesús Carracedo, y por nuestro presidente en Galicia, Pedro Matas Cuéllar.

Fueron unas jornadas destinadas a la formación de más de 160 miembros de la patronal procedentes de toda España.

Tuve la oportunidad en esa cita de conocer al cardenal Juan José Omella, nacido en un pueblecito de la provincia de Teruel que linda con Cataluña y en donde se habla en catalán, y que nació en 1946.

Cuando fue nombrado arzobispo de Barcelona los nacionalistas se opusieron por no ser catalán. Yo que estuve charlando con él varias veces en este encuentro de Santiago puedo decir que es un hombre inmensamente cercano. Conocíamos a personas en común como el gran modisto español Manolo Pertegaz, nacido también en un pueblecito de Teruel.

Él cardenal Omella es un hombre con una gran mano izquierda y al final se ganó a la gente catalana. La extrema derecha lo tildaba de nacionalista. Es muy difícil ser moneda que a todos guste. En la actualidad es presidente de la Conferencia Episcopal Española, es el hombre de confianza del papa Francisco y también la extrema derecha no está de acuerdo ni con el papa Francisco ni con el cardenal Omella.

Conocí también al obispo de Bilbao, monseñor Joseba Segura, una de las cabezas más brillantes de la Iglesia española. Hablamos de muchas cosas en los años sesenta: las iglesias del País Vasco, Irlanda y Polonia eran las más católicas de Europa. Ahora donde hay más jóvenes en las iglesias es en Madrid.

En estas jornadas, los que tuvimos el privilegio de asistir tuvimos la ocasión de escuchar lecciones magistrales de eminentes teólogo. Y moderaron mesas redondas importantes periodistas como Bieito Rubido o Fernando de Haro.

Intervinieron Javier Fernández-Cid, nuevo presidente de los empresarios católicos de España, de raíces gallegas y que sustituyó en el cargo a Luis Hernando Iturmendi, recién fallecido. Precisamente, celebraremos este sábado en Tui, a las ocho de la tarde, una misa por su eterno descanso. Allí nos empapamos de algo que todos ya sabemos: que la iglesia católica estuvo siempre al lado de los más necesitados y luchó a brazo partido a favor de los obreros víctimas del liberalismo y de la primera revolución industrial. Tenemos ganas de aprender y es una forma de mantenerse joven. Mala cosa es aquel que cree saberlo todo.

Estamos en plena Semana Santa y vivimos en estos días los momentos claves de nuestra redención. El jueves día 7, el arzobispo de Santiago pronunciará el pregón de la Semana Santa, a las siete y media de la tarde, en la colegiata de Vigo.

Yo os animo a que vayáis a oír a don Julián, porque además de ser un hombre enormemente piadoso es un gran comunicador. Nos dirá cosas muy profundas y con un léxico muy sencillo que podemos entender todos.

Ante tanta inestabilidad en que vivimos consecuencia de la pandemia y de la invasión injusta de los rusos a Ucrania oír palabras trascendentes nos hará ver que todo pasa y que no se acaba el mundo. Cuando este mundo terrenal se acabe, porque a todos nos llegará la hora, nuestro padre Dios nos acogerá como en la parábola del hijo pródigo. Aprovechemos esta cuaresma de 2022 para dar un salto en lo espiritual y en lo humano.

* Miembro Club 55