La verdad es la base de una buena relación humana. Los negocios y las amistades se basan en la verdad; con ello se gana la confianza, base de una buena convivencia. La mentira es todo lo contrario; desconfianza, no fiarse. A Lucifer, el ángel caído, se le llama el rey de la mentira.

Un político para que se le crea debe de decir la verdad y no decir mentiras.

Pedro Sánchez... La Real Academia Española está proponiendo a la Academia sueca que le den el premio Nobel de la mentira. Dan pavor después de conocer el indulto a los presos del ‘procés’ sus palabras: que nunca consentiría ni una consulta ni la autodeterminación de Cataluña.

Los hechos son crueles. Prometió cuando tomó el poder que nunca se asociaría con Pablo Iglesias, dijo que no dormiría tranquilo y, al poco tiempo, lo nombró vicepresidente del Gobierno.

El señor Sánchez algo debe de tener y yo no soy capaz de verlo, pues después de ser defenestrado por la cúpula del partido socialista se revolvió y ahora lo tenemos de presidente del Gobierno desde hace dos años.

La verdad debe ser la moneda de cambio de cualquier relación humana. Yo recuerdo en mis años de internado en el colegio de Jesuitas que un compañero no decía más que mentiras y, alguna vez, nos insistía: “Esto es verdad”. Y, posiblemente lo fuese, pero ya nadie le creía.

Pedro Sánchez está sufriendo un desgaste total. No solo en el país, sino en su propio partido. En el último congreso del partido, celebrado en Madrid hace unos pocos días, muchos de sus barones presidentes de autonomías españolas no estuvieron presentes y se disculparon alegando problemas de agenda, enfermedad o compromisos anteriores.

Divide y vencerás. Aquí no ha venido nadie de fuera, fue el propio partido en el que una gran parte no está de acuerdo con su secretario general. Como con uno de los últimos presidentes del partido socialista en el Gobierno, el señor Zapatero, con sus genialidades como la de no levantarse ante la bandera de EE UU y estar presentes representantes de este país.

El señor Sánchez nos está tomando el pelo a la mayoría de los españoles. Hace todo lo contrario de lo que dice. La verdad engendra confianza y la mentira, desconfianza. Cuando se está en el poder uno tiene que tener mucho cuidado con lo que dice y cualquier cosa que diga debe de cumplirla.

Los socialistas han gobernado bien allá por los años ochenta. El señor González lo hizo muy bien hasta que en su último mandato, por no ser coherente, perdió las elecciones y las ganó el señor Aznar.

La verdad os hará libres. Esto es para todos y para los políticos, más. Verdad y trabajo es lo que los españoles debemos exigir al jefe del Gobierno.

*Miembro Club 55