Las primeras reacciones de agradecimiento independentista a los indultos no se han hecho esperar: quema de banderas patrias y declaraciones cargadas de separatistas intenciones de que esto solo corrobora el atropello judicial cometido contra aquellos inocentes políticos que solo trataban de entonar cánticos inocentes y no proclamas incendiarias que ponían en riesgo la vida de profesionales del orden y de viandantes inocentes. Esto es como cuando le vendes barato un coche impecable a uno para resolverle el segundo problema de la mañana después del desayuno, el desplazamiento al curro, y te acuestas bien contigo mismo, pues has perdido dinero pero has hecho una buena obra, y, ya de mañana, de camino al trabajo se rumorea que eres un espabilado que has estafado a un pobre con una chatarra.

Evidentemente no han engañado ustedes a nuestro presidente, pues este era consciente de que lo que vendía no obtendría su aprecio, para nada. No nos venda presidente que esperaba del trato comprensión y paz a largo plazo, sabe que los palos volverán tarde o temprano pero también los apoyos para que pueda continuar donde está. Sigue fiel a su escaleta de trabajo, no importan los medios solo el resultado, y que dicho sea de paso, no tiene que extrañar ni ofender a nadie pues nunca la ha ocultado. ¡Chapeau, presidente!