Muchas gracias a FARO DE VIGO, y especialmente a Manuel San Juan y Fernando Domínguez, por el artículo publicado el reciente 21 de febrero de 2021. Fui uno de esos niños participantes y guardo un gran recuerdo de todas aquellas jornadas de competición. Leí con gran entusiasmo el artículo por cuanto me hizo revivir muchos momentos guardados en mi memoria. Quisiera agradecer, especialmente a Manuel San Juan, su encomiable esfuerzo en la organización de aquel evento. Es de destacar que él personalmente y en su propio coche nos llevaba a Pontevedra a los niños y adolescentes clasificados para la fase provincial. Eran realmente tiempos heroicos para el desarrollo de un deporte minoritario, aunque habría que decir que para los ajedrecistas es algo más que un deporte.

Todo mi apoyo a la idea que ambos defienden. De cara al desarrollo personal y profesional, la práctica del ajedrez significa un gran impulso por favorecer notables aspectos entre los que se puede mencionar el esfuerzo, la concentración, el compañerismo, el trabajo en equipo, la regularidad y la competitividad sana, lo que conlleva aprender a saber perder y saber ganar. Por ello, su fomento en la enseñanza parece totalmente aconsejable. En mi caso, pasados ya los años de infancia y adolescencia, la práctica del ajedrez me ha acompañado durante mi vida y ha significado un importante medio de diversión, así como un nexo con amigos y compañeros, cautivados todos por este deporte, juego o como le queramos llamar.

Muchas gracias de nuevo y un saludo al colectivo ajedrecista.