La libertad es una palabra clave que se invoca de continuo y no siempre de forma conveniente aunque sea uno de los grandes temas, primero como descubrimiento y después como herramienta, pero por eso, por su importancia es esencial en la educación ya que es imprescindible en cada persona para vivir y recorrer con dignidad el propio camino, de ahí que educar la libertad exige que el niño vea encarnada en sus padres y maestros, ya que no se trata de invocar la palabra libertad, sino de vivir con ella puesta, o sea vivir en verdad para ser una referencia vital ya que hay cosas que no se enseñan más que con el ejemplo y preparar para ejercer la libertad exige enseñar a ser dueño o de si mismo, o sea, para ser libre es preciso el dominio del propio ser.

Es en la adolescencia cuando el joven experimenta que es capaz de decidir y que le gusta hacerlo y es en este momento cuando es preciso confiar en el y en su capacidad, y que al mismo tiempo el joven se de cuenta de esa confianza que en el se deposita, aunque esto suponga un riesgo pero necesario para el crecimiento en libertad, sin olvidar que el error o los tropiezos forman parte del aprendizaje