Viniendo de Madrid y al llegar a Benavente se ven carteles que anuncian: A-6 A Coruña, A-66 León, A-52 Ourense. Por no existir, Vigo no existe ni para los carteles de tráfico.

Un amigo, con cierto humor negro, me decía que en efecto el cartel estaba mal, que debía poner A-52 Porriño pues el tramo de Porriño-Vigo no es que no sea una autovía es que está más limitada la velocidad que la general en carreteras comarcales de Castilla (sin hablar de las autovías de Madrid, Cataluña, Valencia, Euskadi, etcétera).

Sirva este ejemplo para destacar el olvido, abandono y desprecio de la Administración Central (y, desgraciadamente, Autonómica) con la ciudad de Vigo. No es sólo que pese a las reclamaciones, la única solución del tramo Porriño-Vigo fue limitar la velocidad y colocar radares para multarnos por creer que tenemos una autovía, sino que llueve sobre mojado: Ley de la Mancomunidad (Área Metropolitana) de Vigo, Registro Mercantil, Juzgado de lo Mercantil, Consellería de Pesca, Edificio de los Juzgados, AVE, etcétera.

Y lo peor es que todo lo antes expresado se prometió reiteradamente en campañas electorales y una vez "recolectados" los votos de los vigueses, de lo dicho nada.

Tal vez porque esta ciudad siempre creyó que si quería algo tenía que conseguirlo por sus propios medios y sacrificio, que nadie nos da nunca nada, algunos piensan que los vigueses funcionamos con la máxima de "mexan por un e hai que dicir que chove". Pues no. No olvidamos ni perdonamos y sabemos de sobra que nos quieren embaucar con palabras que se lleva el viento electoral al día siguiente de su recuento.

Por eso, desde las instituciones viguesas, creadas por y para los vigueses, debemos denunciar la burla y el desprecio con esta ciudad y reconquistar nuestros derechos como primera ciudad de Galicia y una de las quince ciudades más importantes de España. No sé si la solución es la capitalidad, el área metropolitana, o simplemente que las instituciones y los políticos tengan claro que ni un día más de olvido, que los vigueses vamos a reivindicar, cívica pero contundentemente, aquello que en justicia nos corresponde.

Jesús González-Puelles Casal. Decano del Ilustre Colegio de Procuradores de Vigo