Leonor

Luis M. Alonso

Luis M. Alonso

Leonor juró la Constitución y pidió a los españoles que confíen en ella en el momento en que precisamente la desconfianza pesa sobre las instituciones. Por ese motivo, las palabras de la joven princesa de Asturias cobran aún mayor significado. Son tiempos convulsos en los que muchos, incluso no monárquicos, se atreven a ver en la Monarquía un dique de contención ante los enemigos declarados del país y que por razones que nadie en su sano juicio podría aceptar han pasado a ser socios del Gobierno y árbitros de futuras decisiones. La prueba de lo alejada que está la realidad de esa “cohesión” democrática que ayer la presidenta del Congreso quiso expresar en su paupérrimo discurso es que ni los nacionalistas vascos, los independentistas catalanes, los bilduetarras y los belarras, todos ellos artífices de la investidura de Sánchez, estaban en el acto celebrado en la sede de la soberanía nacional.

“Nadie entre los amnistiados ha dicho que no volverá a incidir en el delito, solo quieren que se borre para gozar de impunidad”

No se trataba esta vez de un gesto más de descortesía y de deslealtad institucional, ni tan siquiera de un mero desplante republicano; de hecho esas ausencias, extrapoladas en el tiempo, no se produjeron en 1986 en la jura del príncipe Felipe. Salvo las de ETA, claro, que se dedicaba entonces, como saben, a otras cosas. Se trata sencillamente de una señal inequívoca de por donde van a ir los tiros y que desmiente de manera rotunda el intento del PSOE de normalizar las relaciones con el nacionalismo independentista a través de una amnistía. Es el hecho que vuelve a demostrar que la inconstitucional medida de gracia responde exclusivamente a la necesidad particular no al interés general, puesto que nadie entre los amnistiados ha dicho que no volverá a incidir en el delito, solo quieren que se borre para gozar de impunidad. Del mismo modo que los herederos de ETA siguen sin pedir perdón por los crímenes de la banda terrorista. Estos indecorosos ausentes son precisamente los que mejor ayudan a entender, a monárquicos y no monárquicos demócratas, el papel fundamental de Leonor.

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