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El PSdeG se despereza

En pocas horas, el PSdeG ha activado y reordenado varias de sus piezas dispersas. Quienes cuestionaban los amagos de Formoso y Lage a cuenta de José Ramón Gómez Besteiro y su futuro en la política gallega deberían ahora apreciar el ‘timing’ de la operación. Miñones, al Ministerio de Sanidad, después de una labor correcta en la Delegación del Gobierno en Galicia; Besteiro despega su nueva etapa política desde esta misma lanzadera y Formoso puede, al fin, dedicarse a lo que quizá mejor cuadre con su filosofía política y vital: la Alcaldía de As Pontes, la Diputación, en su caso, y las riendas del PSdeG para acondicionar el intenso año electoral que se abre este 28 de mayo.

Concedamos que Besteiro ha sido el eje sobre el que ha girado este movimiento de voluntades. La memoria de la expectativa política creada por él entre 2013 y 2016 está aún vigente y ha encontrado nuevo impulso tras el delirio judicial que lo martirizó injustamente. Convenía actuar en consecuencia: primero, restituyéndolo en las responsabilidades institucionales y políticas; después, dejando crecer la ilusión de su concurrencia a la disputa de la presidencia de la Xunta. A partir de ahora, las circunstancias y las voluntades de un ámbito inestable como el socialista, marcarán la pauta.

Importará conocer el estado de ánimo y la visión del nuevo delegado del Gobierno. Siete años fuera de la política, bajo la amenaza de la espada de la justicia, son factores que incitan la reflexión y pueden alterar el orden de prioridades preexistente, incluso en los espíritus más templados. Heráclito dijo, en palabras de Borges, que “nadie baja dos veces al mismo río porque las aguas cambian, pero lo más terrible es que nosotros somos no menos fluidos que el río”.

En cualquier caso, la semana política tiene, desde la perspectiva del PSdeG, la categoría promisoria de los ‘idus de marzo’, un buen augurio con que afrontar el intenso calendario electoral. En la más fructífera tradición de los socialistas gallegos ha sido siempre necesario contar con tres pilares que se mantuvieran alineados: Galicia-PSdeG-Madrid, en ese orden. Dicho de otra forma, Besteiro, Formoso y Miñones sostienen los vectores socialistas de fuerza con capacidad para preocupar a Rueda… y a Pontón.

Como las fiestas en el PSdeG son siempre precarias y tienden a ir por barrios, habrá quien note un señalado desequilibrio de poder territorial en favor del norte (eje A Coruña-Lugo) o una bicefalia proclive a las neuralgias insidiosas, pero, hoy por hoy, lo que aflora es un PSdeG desperezado.

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