Desde principios de 2020, la economía vive subida a un tiovivo. La pandemia provocó una entrada en pausa y el mayor desplome del PIB español desde la guerra civil. Al año siguiente, gracias a las vacunas, volvimos a una cierta normalidad y el PIB creció como pocas veces desde 1978.

El año 2022 pintaba muy bien. Aparentemente, el COVID-19 había sido domesticado y los problemas de inflación y los cuellos de botella eran problemas secundarios y transitorios derivados del relanzamiento de las economías. Pero la guerra de Ucrania ha venido a trastocar todas las previsiones para Galicia, España y la Unión Europea.

La inflación se ha disparado, el Banco Central Europeo se ha puesto a subir tipos a toda velocidad y las perspectivas para los países más interconectados con Rusia y dependientes de su energía han pasado a ser negativas.

Ya se descuenta una recesión en Alemania y un crecimiento muy débil en la Unión Europea en 2023. España y Galicia se sitúan entre las que se espera que aguanten mejor. En 2022 creceremos alrededor del 4% y en 2023 entre el 1% y el 2%.

En el informe del Foro Económico de Galicia presentado el jueves se incluye otro dato muy interesante. Galicia acabó el primer semestre enel 99,5% del PIB prepandemia. Y dados los buenos datos de turismo del tercer trimestre, todo apunta a que la barrera del 100% del PIB prepandemia la hemos cruzado ya.