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La fiesta de don Paco

Francisco Fernández del Riego, don Paco, inventó en 1963 el Día das Letras Galegas, festividad con la que la Real Academia Galega lo homenajeará el próximo año. A don Paco debían haberle dedicado la fiesta que él ideó mucho antes, ya que falleció en noviembre de 2010 y nadie reunía más méritos que él para recibir ese reconocimiento. Pero existe un precepto del reglamento que prescribe que deben transcurrir diez años desde el fallecimiento del protagonista para que la Academia lo designe.

Por lo que hay que aceptar la decisión de la institución que quiso ser estricta hasta con quien realizó “la interesantísima proposición” por la que se creaba el Día das Letras Galegas, como consigna el acta de la Academia del 2 de mayo de 1963, que presidió en sesión plenaria Sebastián Martínez Risco.

La propuesta iba avalada por las firmas de los académicos Fernández del Riego, Gómez Román y Ferro Couselo. Tres nombres para la historia.

Pero antes de que lo acordase la Academia, don Paco lanzó la idea de celebrar un Día das Letras coincidiendo con el centenario de Cantares gallegosen un artículo que escribió en este periódico el 24 de febrero de 1963, con el título de “La primera obra maestra de las letras gallegas”.

Recordaba que se cumplía el siglo de la publicación del gran poemario de Rosalía, y remataba así: “Para nuestro país no puede pasar inadvertido el centenario que ahora se celebra. Y concretamente Vigo no debe olvidar que de sus prensas salió, hace cien años, un libro fundamental en la historia de la literatura contemporánea”.

Antes de que el pleno de la Academia asumiese la propuesta, don Paco volvía a escribir otro artículo, “El magisterio de Murguía” (28-4-63), con la firma de Salvador de Lorenzana, el pseudónimo que utilizaba para sus escritos en castellano. Precisaba que la fecha en que se editó Cantares gallegos, en la imprenta de Compañel, en la calle Real, fue el 17 de mayo, el día en que debía celebrarse la fiesta. Rosalía lo había elegido para el regalo de cumpleaños para Manuel Murguía, al que dedicó el poemario.

Años después, don Paco comentará que su propuesta había sido recibida con escepticismo por algunos académicos que pensaban que acabaría siendo una celebración burocrática.

El paso del tiempo demostrará su enorme acierto, ya que la iniciativa calará desde el primer momento y se convertirá en una fiesta importante de la comunidad, después de 59 ediciones y haber homenajeado a grandes escritores.

"Deben organizarse actos paralelos a los de la Academia para que este vigués ilustre celebre por todo lo alto el Día das Letras donde él lo inventó"

La próxima edición, la sexagésima, reviste una triple dimensión. Además de las dos clásicas, con el protagonista, don Paco, y el territorio, Galicia, añade una tercera: el papel de Vigo. Él mismo pidió que la ciudad se implicase en la celebración, cuando menciona que en ella se editó Cantares gallegos. Justamente en el edificio en el que residieron Rosalía y Murguía, tres años antes, cuando el historiador dirigió “El Miño”, en sustitución de Compañel.

Don Paco, de origen lugués, pasó la mayor parte de su vida en Vigo (1939-2010), donde escribió lo más granado de su producción y dejó lo más recordado de su actividad. Por lo que Vigo está obligado a conmemorar esta fiesta de forma especial, como él propuso. Deben organizarse actos paralelos a los de la Academia para que este vigués ilustre –recibió el primer doctorado honoris causa de su universidad, es medalla de oro de la ciudad, a la que donó su patrimonio literario y artístico, da nombre a uno de los museos y se le dedicó una plaza donde está instalado su busto–, celebre por todo lo alto el Día das Letras donde él lo inventó.

La festividad tiene una función particular: recuperar los escritos del autor homenajeado para que puedan ser estudiados y leídos. De la magna obra creativa de don Paco, la parte divulgativa es periodística y en parte está publicada en FARO DE VIGO. Comenzó a colaborar en 1950 y lo hará hasta 1985 de forma continuada. Después lo hará sin periodicidad.

Esa producción literaria, a golpe de artículos, al hilo de los acontecimientos, merece ser compilada en una antología para completar su bibliografía. Sin sus colaboraciones periodísticas no se entendería su obra.

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