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Palanca económica

A la construcción habitualmente no se la espera como sector económico de impulso relevante. Otros sectores son mucho más atractivos para los analistas económicos, obviamente la industria suele llevar la palma de la atención de los agentes socio económicos por que efectivamente crean puestos de trabajo de calidad e incorporan mayor valor añadido, pero al final todo está directamente relacionado con alguno de los eslabones de la cadena de valor de la industria de la construcción, porque al fin y al cabo los bienes y servicios que se producen en la economía en general, sea local o global, finalmente se incorpora a lo que construye el sector de la construcción.

Ahora, también operará de esta forma, las expectativas de crecimiento de la economía estarán espoleadas por el efecto dinamizador de la construcción tanto de infraestructuras de todo tipo, como instalaciones industriales o edificación de viviendas y eso constituye un elemento fundamental para cubrir nuestras expectativas de crecimiento económico.

Adicionalmente están apareciendo nuevas demandas de soluciones que están induciendo respuesta por el sector de la construcción, particularmente el impulso de la transición energética y sus procesos de optimización de recursos energéticos y logro de objetivos estratégicos como la descarbonización provocada por las medidas contra el cambio climático y esto lleva a que las autoridades públicas focalicen la atención de sus inversiones también en el sector de la construcción aunque sea de una forma colateral y coyuntural. Me refiero a la rehabilitación de edificaciones, así como instalación de capacidades de producción energética para el autoconsumo.

Es una buena oportunidad para el sector de la construcción la dotación presupuestaria prevista en el programa de ayudas para la rehabilitación de edificios residenciales y viviendas en las que el Ministerio de transportes movilidad y agencia urbana, a través de las Comunidades Autónomas, distribuirán un importante volumen económico de 3.420 millones de euros para la renovación de viviendas, cuyos objetivos será la reducción de al menos el 30% del consumo energético y una disminución de calefacción y refrigeración de al menos el 7%. Estas actuaciones independientemente de la mejora de las viviendas de una forma directa en fachadas, ventanas, tejados, también implica la reducción de los costes energéticos de los vecinos y además un tercer efecto muy oportuno de ayuda a los objetivos de lucha contra el cambio climático.

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