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La importancia del dominio de los pensamientos

La mente como creadora de una buena parte de la realidad de nuestra vida

¿Se han parado alguna vez a pensar que nos convertimos en lo que pensamos la mayor parte del tiempo? Y, lo bueno del asunto, es que podemos ordenar los pensamientos, como más nos apetezca, permitiéndoles que presten atención a aquello sobre lo que elegimos. Lo cual es muy importante, porque tras ellos, tras los pensamientos, llega la emoción y, ese sentimiento, ese estado de ánimo, es el que va a determinar cómo nos sintamos y, como consecuencia, nuestra manera de reaccionar a las situaciones del entorno. Por eso, para llegar a ser una persona más feliz y serena, el primer paso consiste en dominar los pensamientos y purificar la manera de pensar, rodeándose del ambiente adecuado. Porque los pensamientos son moldeados por las personas con las que te relacionas, los libros que lees y el escenario físico y cotidiano. Además, es necesario ser consciente y controlar muy bien las palabras que se utilicen, porque una combinación de ellas forman un símbolo de pensamiento, de modo que uno tiende a revelar en sus expresiones el concepto básico de su mente.

Lo cierto es que no hay en la vida nada capaz de compararse con la sensación de plenitud que se experimenta al saber que se ha hecho lo que se cree más correcto. O sea, cuando la respuesta brota desde lo más profundo del corazón. Y es que, cuando esto sucede, indudablemente, los pensamientos son altamente positivos.

Qué duda cabe que la vida es un gran misterio. Pero también es corta. El tiempo que vamos a pasar en este planeta es muy breve. En el esquema general de las cosas, nuestras vidas son solo notas pasajeras en el pentagrama de la eternidad. Por eso, por la cuenta que nos tiene, debemos disfrutar del viaje y saborear el proceso. Sentirnos tranquilos y relajados. Aprender a que ningún revés reduzca el entusiasmo. Una forma podía consistir en marcarse objetivos claramente definidos, que seduzcan y motiven, porque ello va a permitir que se estimule el compromiso personal con la vida e incrementen las energías que se imprimen en el día a día. Si uno sabe precisamente a donde se dirige, le resultará más fácil seleccionar aquellas actividades que le llevarán allí. Con objetivos interesantes, las preocupaciones, pasan a ocupar un último término. Porque sientes tu vida centrada en los deseos del corazón. O sea, en pensamientos altamente positivos.

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