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El creciente auge del litio

Los coches eléctricos necesitan el demandado metal para funcionar

Cada vez es más evidente que el coche eléctrico representa una de las alternativas viables al propulsado por hidrocarburos, dado su respeto al medio ambiente. El problema que suscita su uso es el material necesario para fabricar acumuladores capaces de impulsar este modelo de tracción. En este sentido, el elemento químico litio (Li) se erige como fundamental para resolver esta revolución automotriz y por eso ha sido bautizado como el “petróleo blanco”. No se presenta en estado libre en la naturaleza, ya que debido a su alta reactividad aparece formando diversos compuestos (cloruros, carbonatos, cloratos, cianuros, hidróxidos…), presentándose como cloruro en el agua del mar y en las salmueras, y en forma de minerales del grupo de los silicatos o fosfatos en rocas de la corteza terrestre.

Su valor crece de manera exponencial (el precio ha subido más del 200% en los mercados internacionales) al ser un componente básico en las baterías de iones de litio que permiten el flujo de la corriente eléctrica, con la ventaja de tener una larga vida útil, gran capacidad de almacenamiento y facilidad de recarga.

Es muy previsible que esta tipología de aparatos electromagnéticos crezca sustancialmente en los próximos años, al unísono del aumento de vehículos híbridos y eléctricos alimentados por este tipo de dispositivos recargables, es decir, se convierten en indispensables de la llamada energía verde.

¿Dónde se encuentra este valioso metal? Los yacimientos se desperdigan por los cinco continentes, destacando en el ranking varios países hispanoamericanos que controlan en su conjunto el 67% de las existencias. Bolivia ocupa la cabeza, concretamente el salar de Uyuni (Potosí), con una extensión de 6.000 kilómetros cuadrados, cuenta con unas reservas mineras estimadas en torno a los 21 millones de toneladas (Mt), lo que la erigen en una “nueva Arabia Saudita”. Le siguen Argentina (19,3 Mt), Chile (9,6 Mt), Australia (6,4 Mt), China (5,1 Mt) –el principal importador de Li del mundo–, Congo (3 Mt), Canadá (2,9 Mt), Alemania (2,7 Mt) y México (1,7 Mt). Sin embargo, Australia es el mayor productor mundial de hidróxido de litio, con cinco de las mayores minas de silicatos y una extracción de 40.000 toneladas al año, seguido de Chile (Atacama, con 18.900 t), China (Chaerhan, 14.000 t) y Argentina (Catamarca, Santa y Jujuy, 6.200 t), que lo consiguen de los salares.

La Unión Europea cuenta con depósitos detectados en nueve países, aunque solo Portugal tiene una cierta producción que incrementará este año con la apertura de la mina de Covas do Barroso (a 30 km al sur de Verín), por lo cual la dependencia del exterior es casi absoluta, con cerca del 90% de las importaciones de los compuestos de Li procesados.

¿Hay litio en España? Aunque sin minería activa, la última en La Fregeneda (Salamanca) dejó de explotar una mina de feldespato y la mica lepidolita hace doce años, existen mineralizaciones de este metal alcalino en Galicia, Castilla y León y Extremadura, en todos los casos relacionadas principalmente con rocas graníticas, del tipo pegmatitas. Con el parabién de la UE, se desarrollan proyectos de prospección con resultados esperanzadores, al descubrirse importantes reservas en la provincia de Cáceres.

"Varios países hispanoamericanos controlan en su conjunto el 67% de las existencias de este valioso metal"

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Uno de los hallazgos de interés, que pudiera convertirse en la segunda mina de litio más grande de Europa, detrás de la citada al norte de Portugal, se ha producido en San José de Valdeflórez (a unos 2 km de la ciudad de Cáceres). El criadero extremeño benefició estaño (en forma de casiterita) hasta la década de los años 70 del pasado siglo y ahora se diseña un proyecto industrial de última generación –también con el beneplácito europeo– para extraer un mineral de litio (un fosfato denominado ambligonita) allí presente y procesarlo en una planta adyacente hasta convertirlo en hidróxido, un componente esencial para fabricar las baterías de automoción eléctrica. El propósito fue denegado por la Junta de Extremadura, respaldado por la opinión de parte de la población, y la empresa concesionaria de la explotación “Tecnología Extremeña del Litio” (liderada por la australiana “Infinity Lithium” con un 75% y por la española “Sacyr” con un 25%) ha presentado recurso de alzada contra tal decisión.

Un segundo descubrimiento significativo tuvo lugar en la Vía de la Plata, en el municipio de Cañaveral (comarca de Monfragüe, Cáceres), y lleva pareja la construcción de una planta fotovoltaica y una factoría de cátodos por la compañía “Lithium Iberia”. A diferencia del asunto precedente, el consistorio local apoya la iniciativa a la espera de la decisión de la Junta de Extremadura este mismo año.

Como remate, resaltar que la legislación restrictiva en vigor sobre la explotación de yacimientos minerales –en parte, por miedo al daño medioambiental– dificulta obtener las materias primas de las que dependemos de otros países productores y a los precios que marcan los proveedores internacionales. Lo que está muy claro es que tiene poco sentido construir en España un parque automovilístico eléctrico sin plantas de baterías, o sea no queda otro remedio que modernizarnos tecnológicamente. Y lo afirma uno que tiene a bien comulgar con el gremio ecologista.

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