Mick Garris ya tiene una extensa y merecida biografía oficial gracias a Abbie Bernstein, su autora, quien advierte a los lectores que no encontrarán en ella escándalos, dramas o secretos oscuros todavía no revelados. Resulta que el maestro del horror (así se titula con justicia el libro) no guarda ningún esqueleto en el armario ni vive atormentado por sus fantasmas. De la cripta emerge, ay, un hombre formal, educado, leído y generoso que desprende un contagioso entusiasmo vocacional. Pero ¿quién es Mick Garris y por qué merece convertirse en un objeto de estudio?

Garris le proporciona al género de terror una respetabilidad incomprensible a los ojos de los críticos biempensantes (fuera y dentro de la industria).

Quienes lo escuchamos desde hace años en Post Mortem sabemos que Garris es un entrevistador bien informado y eficaz. Aunque este podcast trata fundamentalmente sobre cine de terror (el más interesante y sofisticado de cuantos hay en el mercado), los oyentes también pueden encontrar en él observaciones inteligentes sobre el arte de contar historias en distintos géneros, estilos y formatos. Uno percibe que los invitados (directores, productores, actores, etc.) respetan a su interlocutor y, en consecuencia, suelen hablar de sus carreras profesionales con sinceridad, compartiendo anécdotas valiosas sobre el oficio. Sus conversaciones con Wes Craven (Pesadilla en Elm Street) John Carpenter (La noche de Halloween) y Toby Hooper (La matanza de Texas) son una piezas periodísticas extraordinarias a las que habrá que recurrir en el futuro para saber lo que pensaban esos genios menospreciados. Como sucede en ocasiones con las entrevistas de Howard Stern, se puede apreciar la calidad de la conversación por su tono y su franqueza con independencia de cuál sea el contenido de la misma. Garris le proporciona al género de terror una respetabilidad incomprensible a los ojos de los críticos biempensantes (fuera y dentro de la industria).

Célebre por sus colaboraciones con Stephen King (El resplandor, Apocalipsis, Sleepwalkers, Desesperacióm, Un saco de huesos, entre otras), Garris, además de dirigir Critters 2 y Psicosis IV, fue el responsable de reunir en la televisión al mejor talento del gremio con las dos temporadas de la serie Masters of Horror y hace un año publicó una colección de relatos con la revista Fangoria. No hay un documental sobre cine de terror en el que no aparezca Mick Garris reflexionando con lucidez sobre las contribuciones del género. En la biografía, publicada por ATB Publishing, Bernstein repasa la carrera de Garris a través de múltiples entrevistas tanto con el biografiado como con sus amigos y compañeros (John Landis escribe el prólogo). En efecto, Mick Garris parece ser un buen tipo. Cuando escuchamos Post Mortem, los amantes del género siempre nos sentimos acompañados, menos solos. Este libro demuestra que Mick Garris, además, es un gran director (técnico y de actores): su obra permanecerá entre los clásicos porque sus seguidores saben reconocer a los maestros que respetan una tradición. Tanto en las miniseries como en las secuelas, se trata de contar una buena historia. A veces, como recuerda Garris, para crear el efecto deseado, tan solo hay que distorsionar un cuadro de Norman Rockwell.