Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

¿El efecto mariposa o avispa asiática?

La teoría del caos y Afganistán

Que no se lo cuenten, observe cómo actúa una vespa velutina o avispa asiática: la criatura se ensaña con el resto de insectos como si de un avión de caza se tratase descabezando a sus presas, tiene debilidad por las abejas cuando liban. El “efecto mariposa” no es un cuento chino, más bien es un proverbio que dulcifica los exponenciales resultados de la teoría del caos, simplificada con los últimos acontecimientos meteorológicos donde confluyen récord de temperaturas e inundaciones, incendios y huracanes más allá de las predicciones matemáticas no lineales –China no está alineada–, dando sentido al formulismo de Edward Norton, un meteorólogo estadounidense autor de la teoría del caos. Wuhan fue un ejemplo claro de cómo puede repercutir un despiste predictivo.

Nos preguntamos si la resurrección talibán afgana tiene que ver con tal efecto. Si usted se enfrentó en alguna ocasión a la velutina, a buen seguro que apreciará su resiliencia. En determinadas culturas es muy recurrente sacar la sandalia como arma arrojadiza, comprobará que esta avispa asiática aguanta todos los zapatazos que le dé –en Siria descalzaron las sandalias en balde–. Cuando usted la cree abatida, la vespa vuelve alzar el vuelo como nueva, compruébelo tomando las debidas precauciones.

Ni el te ni el opio del siglo XIX que acabó en el conflicto chino-británico, ni la actual balanza de pagos entre China y Estados Unidos tienen que ver con el efecto mariposa, es más bien “efecto avispa asiática” la que aporta el original dilema matemático-meteorológico que se nos escapa al común de los contribuyentes. Los sistemas complejos no lineales, China sin ir más lejos, se desmultiplican para su análisis, y eso es lo que está haciendo su diplomacia no alineada, Rusia avala la parte amable de la avispa asiática, si es que la tiene. China hace de arbitrio, bastante tuvo que tragar con el opio del pueblo como para enredarse, no ya con los proveedores de la adormidera, con la infiltración del terrorismo en sus dominios, el 11-S fue un aviso a los navegantes, a la velutina le van las mariposas y las polillas, es omnívora.

Detrás de este conflicto afgano, holístico donde los haya, están la OTAN y compañía, auténticos bomberos que dieron por perimetrado el “incendio” activo durante dos décadas, esa entelequia “comunidad internacional” retiró las mangueras de Afganistán dándolo por extinguido, al cambio pisó la velutina que se hizo la lisiada, pero resurge cual ave fénix. Ergo el fuego y el bicho volador están vivitos y coleando. Ahora nos cuelan la broma que los talibanes han ganado la guerra, ¿pero no había acabado? se pregunta el que más y el que menos.

El señor Norton nos adelantó lo impredecible de un pequeño margen de error, lo que no disculpa a la inteligencia internacional que salió pitando de Afganistán, sin apagar la lumbre, dejando el avispero más fuerte que nunca; eso sí, prometen que habrá amnistía general, sin venganzas. ¿Hablamos del efecto mariposa o del efecto avispa asiática?

Compartir el artículo

stats