Bendita sea la presión social que ha permitido que O Salnés cuente en estos momentos de zozobra con un hospital de tres plantas y 120 camas además de un servicio de Urgencias en condiciones con equipación de UCI para atender los casos más graves que puedan derivarse de la terrible pandemia; de ese monstruo llamado Covid-19 que está haciendo estragos entre la población.

Ahora es cuando ya se puede concluir que la inversión de casi cien millones de euros en este centro ha sido una ganga, pero sobre todo para confirmar que el pueblo tenía razón al salir a las calles, al crear una plataforma por la sanidad pública y de reprochar a las autoridades la nula sensibilidad que expresaban, claro, en pleno estado de bienestar cuando ni por asomo se vislumbraban riesgos vitales de semejante calibre.

Contar con unas instalaciones sanitarias dignas en O Salnés es hoy un lujo al alcance de muy pocas poblaciones. Falta, claro está, que se le dote de más personal y cuanto antes para evitar el agotamiento al que se va a someter a los profesionales.

¿A qué esperan para contratar a médicos, enfermeros, auxiliares, celadores? Las matemáticas son muy claras y si esa curva de enfermos tarda en encontrar el punto de inflexión que marca la parábola será conveniente ser previsor, aunque solo sea por esta vez.

O Salnés puede ser el recurso sanitario más imprescindible en estos momentos para la comarca porque Montecelo, cuya ampliación ha quedado en el aire por otro error de cálculo, pronto podría ser insuficiente.

Dotar los hospitales comarcales con personal adecuado, de material imprescindible y con las medidas de blindaje básicos debería ser hoy la prioridad absoluta del gobierno autonómico. No se puede esperar más porque todavía no hay diques que frenen un virus que no solo avanza a velocidades estratosféricas sino que sigue en proceso de aceleración.

Actúen antes de que sea más tarde. La Gerencia del Área Integrada debería anticiparse para que el Hospital de O Salnés pueda cubrir la demanda que se sospecha.La buena noticia sería hoy que la planta tercera pudiera permanecer cerrada por vacaciones, pero, por desgracia no van a sobrar camas.