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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

Las patadas

Con las elecciones gallegas en el horizonte, aunque aún falte la fecha concreta, parece razonable que se preste atención prioritaria a los asuntos "del país". Entendiendo como tales los que afectan sobre todo a este antiguo Reino y son compatibles, y también complementarios, con la decisión acerca de qué Gobierno central acabará formándose. Y en esa agenda más o menos flexible ocupará lugar sin duda el asunto de la pesca, porque el número de patadas que recibe el sector, como se denuncia en este periódico, no hace más que crecer en número y en gravedad.

Como recordatorio de urgencia cumple citar un par de ellos. El primero, por supuesto, el que se relaciona con los efectos directos e indirectos del Brexit, y que engorda la lista de conflictos con el Reino Unido desde el pleito de las banderas o el de la "guerra" del fletán por el apoyo británico a la actitud canadiense. Antes había ocurrido lo del caladero de Boston y después la extraña actitud de Namibia retrasando la renovación de cuotas en su área, lo que podría ser, con el episodio de la rara dimisión de su ministro, muy dañino para los intereses de la flota gallega.

Ahora, y quizá para confirmar que las desgracias nunca vienen solas, se une a las patadas recibidas por los intereses de este Reino, otra a donde duele: el gobierno local de Malvinas, publicó FARO, pretende imponer a las empresas mixtas españolas la obligación de ceder la mayoría accionarial en sus consejos a los participantes de las islas australes. Y esto poco después de que Argentina autorice, en sus aguas, prospecciones que perjudicarán, si no hay más y mejores garantías, las actividades en los caladeros del Atlántico sur. Y todo ello, sin respuesta de Madrid.

Es verdad que España, sus comunidades y los intereses correspondientes llevan años subordinados a las circunstancias electorales, y que de la última no cabe todavía extraer previsiones de estabilidad. Pero ya nadie osa discutir que algo habrá de hacerse desde un Gobierno en funciones o en vísperas de formarse, porque los plazos están agotándose y el sector da para poco más. Lo que hace especialmente exigible una reacción rápida de Madrid y una enérgica toma de posición de la Xunta. Porque hay dos caminos: o la presión o la cesión. Y a ver cuál se toma.

De estas cuestiones, y otras que no por sabidas están resueltas o en vías de solución, habrá que hablar y mucho a lo largo de los meses que vienen. Porque si al final el horizonte político que se espera se concreta en comicios gallegos, es del todo imprescindible que no ocurra como en los varios generales anteriores, en los que se habló de casi todo menos de los asuntos estratégicos claves para el interés general de este antiguo Reino. Eso ha sido producto de campañas sectarias y desinformación que dieron resultado a sus inductores, pero que significarían un daño adicional si se repitiesen en 2020. Y habrá que denunciarlo con tiempo y firmeza. Por si acaso.

¿Eh??

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