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Temporalidad

El empleo de calidad se vincula a una condición que los trabajadores denominan empleo fijo y que, paradójicamente, ha de convivir con una característica estructural de las empresas que implica que todo lo que esta maneja es de carácter temporal. Las empresas viven en una ambiente nada fijo, ni duradero, ni permanente, con directa dependencia de la voluntad de sus clientes de comprar los bienes y servicios que hacen que la temporalidad corra por sus venas y, de vez en cuando, estas se consolidan y logran hacer perdurables sus relaciones con sus clientes la consecuencia inmediata es que intentan lograr que sus recursos y medios sean lo más confiables posible y, por tanto, trabajan por la regularidad en los suministros que han de obtener para garantizar el cumplimiento de los requerimientos de sus clientes. Entre los recursos esenciales de una empresa se encuentra la mano de obra. Y si la empresa se ha consolidado es extraño que recurra a empleos temporales, sino que salvo circunstancias individuales de falta de adaptación o temporalmente estructural (como es por ejemplo la hostelería por su fuerte estacionalidad) las empresas intentan tener plantillas estables, formadas y adecuadamente retribuidas que coadyuvan al fin esencial que es cumplir con sus clientes.

Por tanto la temporalidad como mal estructural no está asociada necesariamente a una voluntad perversa de hacer contratos por días o por horas de forma caprichosa, sino que cualquier gestor de recursos -y un empresario lo es- intenta ajustar al máximo sus costes y cuando son laborales rige el mismo principio, dado que debe lograr resultados positivos entre los ingresos y gastos, porque de eso depende la continuidad de la empresa y obviamente la garantía de supervivencia de la totalidad de los puestos de trabajo.

La temporalidad entendida como un mal económico debe ser combatida con la consistencia de las empresas y su capacidad para crecer y consolidarse. Hay muchas empresas que aún estando en el sector servicios han logrado tener el tamaño adecuado, han sabido crear una oferta de servicios demandada continua y sostenidamente por sus clientes y no tienen necesidad de disponer de recursos temporales para lograr su viabilidad económica, por tanto, la temporalidad se mantiene si está asociada a una estructura económica peor preparada o estacionalizada y desafortunadamente seguirán requiriendo empleos temporales.

*Economista

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