Recientemente se celebró el día mundial del medioambiente y si bien este asunto es tan importante que deberíamos considerar todos los días como de preocupación medioambiental, lo cierto es que aprovechamos para recordar lo crucial que es para todos tener cada día más claro que nuestra preocupación por el medioambiente es fundamental para el futuro. El cambio climático está siendo cada vez más asumido por todos que se está produciendo y sus consecuencias lo estamos viendo en los informativos todos los días donde podemos ver como el clima varía en todo el mundo e inevitablemente por el efecto del CO2 y los gases de efecto invernadero, la temperatura media está subiendo y los científicos predicen muchos efectos negativos para la vida tal como la entendemos hoy. Solamente con el incremento de un par de grados la temperatura, los casquetes polares y las regiones más frías están experimentando el deshielo, los mares aumentan su nivel y los comportamientos del clima son cada vez más extremos con sequias, inundaciones, incendios, desastre en la agricultura y ganadería y un largo etc.

Habitualmente lo que observamos es el efecto negativo, es decir nuestros actos diarios se ven perfectamente en las consecuencias que produce. Si vemos por televisión imágenes sobre grandes superficies de mar llenas de bolsas, envases y todo tipo de elementos de plástico, es como consecuencia de que tiramos, sin piedad al mar basuras y residuos, ocasionando con ello una alteración profunda de la cadena trófica, donde los peces y otros seres vivos cuyo ambiente natural es el mar, introducen residuos en sus organismos muchos elementos dañinos, desde los micro plásticos al mercurio e inevitablemente esto acabará en nuestras mesas a la hora de comer.

Para luchar contra la basura desorganizada, se ha avanzado mucho en nuestro país. España es un ejemplo en el tratamiento selectivo de basuras y el reciclado, así como la economía circular avanza, si bien obviamente falta mucho, pero dado que la gran permeabilidad que genera la economía, con sus empresas, trabajadores, expertos y administración pública, al emerger con fuera la participación activa de los agentes económicos, el futuro lo veo con optimismo por que ya no se tratará de conciencia ideológica, sino de la lógica que ofrece la economía medioambiental y sus grandes oportunidades para las empresas, trabajadores, ciencia y para la propia administración pública.

*Economista