El quinto mandamiento es "no matarás".Y es curioso que, según la época, hay un mandamiento en el que se insiste más. Hace cincuenta años, había un mandamiento que incluía el sexto y el noveno, que eran los que más nos preocupaban: "No cometerás actos impuros y no desearás a la mujer de tu prójimo". Y aunque siguen siendo importantes estos dos mandamientos, hoy, en las primeras décadas del siglo XXI, el quinto es quizás el que más se está desobedeciendo.

Empecemos por el aborto, que a mí me parece un auténtico crimen, porque si es verdad que los hombres se mataban, daban la oportunidad de defenderse a quien intentaban matar. Así era la más terrible lucha de gladiadores en tiempos de Roma.

Pero en el aborto a quien matas no puede defenderse y matas a un inocente.

Aldous Huxley, en su novela "Mundo feliz", describe la fabricación del ser humano fuera del vientre materno. En su novela de ficción creaba dos tipos de seres humanos: los alfa y los beta. Los primeros serían la clase dirigente, con gran capacidad para dirigir e investigar; y los segundos serían seres humanos obedientes y sumisos con poca capacidad intelectual.

La ciencia avanza y, como no tengamos un código moral, cometeremos auténticas barbaridades.

Se peca contra el quinto mandamiento cuando se cae en el suicidio o en la eutanasia provocada o ayudada.

Estos días en toda la prensa mundial ha salido a la palestra el caso de la chica holandesa Noa Pothoven, de 17 años. Esta joven tuvo una vida trágica: a los 11 años sufrió abusos y, a los 14, la violaron dos hombres, agresión que ocultó a sus padres por no ser valiente. Todas estas experiencias la dejaron traumatizada, como no podía ser de otra forma. Cayó en la anorexia y, a los 17 años, intentó entrar en una clínica de la muerte digna, que en Holanda abundan para ayudar a la gente a morir con una sobredosis letal. Pero hay que ser mayor de 18 años. Y de ahí los problemas de Noa, porque su petición fue denegada.

Noa dejó de comer y sus padres la llevaron al hospital, donde lograron salvarla. Ella, de vuelta a su casa, decía que tenía dolores insufribles y que quería morirse y, al final, murió y no sabemos si fue por eutanasia o de un suicidio por inanición.

Lo curioso de toda esta tragedia es que en los Países Bajos esta noticia apenas salió en la prensa. Por desgracia parece que es un caso muy corriente y no es noticia.

Creo que viene bien en estos momentos hacer una reflexión profunda sobre la despenalización de la eutanasia. Yo creo que no hay que abrir las puertas a este disparate. Conozco casos muy cercanos en los que hubo unos padres que lucharon, con principios, por su hija anoréxica y consiguieron que llegara a casarse y tener nietos que salieron formidables y son la alegría de la casa.

Ante los problemas hay dos alternativas: el matar al perro y curar la rabia o luchar para ayudar a salir adelante... Más barato es matar al perro, pero esto no es solución. "Luchar, luchar y luchar". Esta sigue siendo la solución.

*Miembro del Club 55