El otro día estuve abrazando a Domingo Villar en la librería Letras Corsarias de Salamanca, donde presentaba "El último barco", con la comisaria de Siruela. Mañana tampoco voy a perderme en la librería Versus, a las ocho y allá por Venezuela, 80, la presentación de "El aprendiz de lengua extranjera" (Arte Activo Ediciones), que escribió este interesante artista y escritor, profesor en Bellas Artes de Vigo, que es Juan Carlos Meana. Sé que estará escoltado por Ángel Cerviño y su colega en Bellas Artes Ignacio Barcia, pero a mí lo que me seduce es que su libro es una autoindagación de la relación con la palabra y una toma de conciencia con el lenguaje. ¡Pardiez, qué miedo! Consciente de que nuestra relación con la realidad pasa por la palabra, puesto que sin ella no la percibiríamos, vemos que el lenguaje nos constituye. ¡Y esto no solo afecta a gente como yo, que vivimos profesionalmente de la palabra, sino a todos vosotros, que vivís con ella cada día, en vuestras relaciones profesionales, amicales o sentimentales! "El aprendiz de lengua extranjera" es su tercer libro, tras publicar "El espacio entre las cosas" (2000). Léanlo también los políticos en campaña.

Después me voy al Malauva

Claro que cuando salga de la Versus, me voy a probar alguna de las excelencias del Malauva Wine Bar. Sí, coñe, sí, ese que está junto a las ostras cuando vais de resaca, en Baixada á Fonte, 12. Claro, es que allí está Josiño, que algunos habéis conocido en Viñoteca Bagos, Maruja Limón o Casa Solla, o recibiendo el Premio Magnum al mejor sumiller de Galicia en 2016. Pero es que en ese local montó con él Marina, que es tudió en el Centro Superior de Hostelería Gallega de Santiago y pasó en Casa Solla como stage unos siete años, aunque por medio estuvo en Casa Gerardo de Asturias y en Canadá. Con todo ese bagaje, decidieron volar por su cuenta y montaron este Malauva, con un experto total en vinos y una cocinera capaz de virguerías, para tapear o comer en serio. Así que yo, después de oír a Meana sobre la palabra, me voy a palabrear con Marinita al Malauva.

Cardama, Luciano y Pepé Luada

Ahora escribo desde Vigo pero no os conté que el otro día, sábado, encontré en la Plaza Mayor salmantina, sentado al sol con su simpática mujer y una hija que allí estudia, al Vigués Dostinguido y astillerista Mario Cardama. Pero es que a los 10 minutos me llama el también vigués Pepé Guisasola "Luada" y me dice que está aparcando en esa ciudad llegados de Valladolid, así que quedé con él y su mujer y nos tomamos un vino en el Novelty, junto a Torrente Ballester, luego una tapa en el Valencia y, por fin, les aconsejé comer en Las Tapas de Gonzalo. Pero ya os conté que el día anterior me encontré ante la catedral al empresario vigués Luciano Martínez Covelo con su dama de honor, portador como Mario Cardama del pendón del Cristo de la Victoria. Y ya no os repito que estuve después con Clara Ledesma y el exsenador José Muñoz, veraneantes en Vigo hace décadas, que me presentaron a una destacacada congresista del PP en activo.