El propio Landín señaló para la historia como su primera obra periodística un singular artículo sobre el infortunio que acompañaba a la letra P, publicado en El Impertinente el 14 de febrero de 1897. Él admitía una superstición insuperable y afirmaba que la P "fue inventada para servir de primera letra a las palabras que encierran algo fatal y horrible".

"La culpa de nuestra Perdición -señalaba- está en el Pecado original de nuestros Primeros Padres. ¿Por qué? Por la sencilla razón de haber Probado la fruta Prohibida en el Paraiso". Así comenzaba su tesis.

Con solo 20 años de edad, derrochó un ingenio notable.

"Quiso la fatalidad que el calificativo de todos los malvados empezase con P: Pillo, Pillastre, Pícaro, Perverso, Pendenciero, Protervo, Perdido, Perdulario y otras muchas que ocuparían este periódico".

Encima, las causas criminales también empezaban por la dichosa letra: Pistola, Puñal, Pólvora, Parricidio, Procesado, Pena, Prisión, Patíbulo.

Luego se preguntaba por el Pánico que aquellos días invadía el mundo entero. Y la respuesta estaba en la misma letra: "Porque la Peste causa víctimas innumerables en la India y amenaza con Propagarse a las demás naciones. ¡Siempre la maldita P". Sus ejemplos eran demoledores.

"Al desgraciado que no coordina las ideas le llamamos Parvo y al que tiene las piernas torcidas Patizambo?.A los políticos y toreros, nada hay más que les imponga que los Pitos?.Y el pueblo más desdichado de Galicia por las inundaciones que sufre es Padrón"?..Hasta el mismísimo san Pedro y su cargo de Portero en el cielo se remontó Landín con incontables ejemplos más.

El artículo tuvo sus detractores, que defendieron las bondades de la letra P: Padre, Paz, Pureza, Perdón, Patria, Placer, etc. Landín acogió en su periódico aquellas réplicas, pero no cambió de opinión.