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tribuna del lector

Amigos para la eternidad

La muerte de un amigo siempre es dolorosa, pero ese dolor aumenta cuando se trata de amigos jóvenes.

El día 19 de este mes asistí al funeral de mi amigo José Manuel Pérez Canal, tenía cincuenta y cinco años y un cáncer galopante se lo llevó en unos pocos meses. Mi amistad con él se fructificó en estos últimos años, él era el consejero delegado de Aceites Abril y presidente de la Confederación de Empresarios de Orense. Yo en aquél entonces era presidente de los empresarios textiles de Galicia.

Su funeral fue una muestra de cariño y de amistad hacia este gran hombre: bueno, trabajador y conciliador. He asistido a cientos de funerales y reconozco que no recuerdo un funeral con tantos cientos de personas que quisieron testimoniar y rezar por el alma de nuestro querido José Manuel, estuve con su madre de 82 años, viuda desde hace años, muy religiosa y caritativa que sufría con inmenso dolor la muerte de su hijo mayor. Estuve con sus dos hermanos, arropados por una inmensidad de amigos. Estuve con Elena, su esposa burgalesa, recia, desconsolada por la muerte prematura de José Manuel. Yo intenté consolarla diciéndole que el Señor le había pedido un gran sacrificio y que el Señor se lo compensaría de alguna forma.

Al salir del funeral saludé a muchos amigos de Orense y de Vigo que querían manifestar su cariño a José Manuel.

El próximo sábado se oficiará en la iglesia de la Peregrina de Pontevedra a las siete y media un funeral por Suso Morlán que falleció hace unos días en Colombia en la tierra de su mujer, lo organiza la federación gallega y nacional de piraguismo.

Suso Morlán fue el entrenador de David Cal, el deportista español con más medallas en unos Juegos Olímpicos. Su gran éxito fue en los Juegos Olímpicos de Pekin. Recuerdo que en el hotel donde estábamos concentrados, Suso Morlán y David Cal comentábamos en aquella noche anterior a la prueba que era muy difícil ganar la medalla de oro porque había un alemán que llevaba dos Juegos Olímpicos con medalla de oro y yo le dije a David "¿cuántos años tiene ese alemán?, me dijo: "tiene 30 años" y le pregunté "¿y tú cuantos tienes?", "no llego a los 20 años" y yo le contesté: "David vas a ganar: él es un hombre maduro y tú un hombre joven con más fuerza". Fuí profeta, ganó por una cuarta.

Suso Morlán fue clave para el éxito de David Cal. Le imprimió compromiso, sacrificio y mucho trabajo.

Mis amigos José Manuel Pérez Canal y Suso Morlán tenían varias cosas en común, se casaron ya maduros con cuarenta años y estuvieron muy enamorados de sus esposas. Tuvieron un espíritu de trabajo que se entregaron a sus proyectos sin ahorrarse horas y sacrificio.

Que el Dios Todopoderoso los tenga en la Gloria a estos dos grandes hombres que pasaron por la vida dándonos un ejemplo de sacrificio y de entrega.

*Miembro del Club 55

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