El Tribunal Superior de Xusticia de Galicia no puede parar los vientos del huracán de la historia, tras su reciente resolución sobre la suspensión del Área Metropolitana de Vigo (AMV). Sin entrar en la posible confusión de causas y falta de claridad en esta sentencia, los argumentos son los mismos que se habían ideado desde San Caetano. Dios me libre de afirmar que la Xunta se aprovecha de la resolución del alto tribunal para impedir que el AMV funcione, pero dicha coincidencia no es otra que imponer un vacío en una realidad plurimunicipal de vanguardia. Seguir utilizando el gallo del transporte público es persistir defendiendo los argumentos de ciertas empresas del transporte interurbano para efectuar cortos servicios parciales contratados por la Xunta. Pero el transporte público metropolitano es otra cosa bien diferente, y en todo caso tendrá que ser la propia Área la que planifique y resuelva las necesidades sociales de dicho transporte, junto con el poder autonómico.
Percibo el futuro del Área Metropolitana con mucho trabajo por delante, incluso adelantando proyectos de futuro. Quedarse sujetos a un recurso de casación y paralizar cualquier movimiento de fichas en el tablero plurimunicipal, sería abonar el vivero de promesas electorales autonómicas y municipales. La resolución del Tribunal Superior puede conducir a los más incrédulos al silencio de la utopía negativa cuando la otra realidad municipal ya camina muy lejos.
A estas alturas del viaje los sectores de la ciudadanía más avanzada ya debaten que la gran metrópoli ya no puede entenderse como una gran ciudad como centro con una periferia formada por pequeñas urbes agregadas y servicio, sino como un sistema de ciudades interrelacionadas, lo suficientemente grande que se extienda en un espacio compacto en un entorno saludable para vivir y trabajar, como para proporcionar ricas oportunidades culturales y educativas. La metrópoli viguesa del futuro tendrá un discurso que irá más allá de la mera gestión de servicios compartidos, cuyas competencias en promoción económica, medio ambiente, urbanismo o transporte público tendrá una articulación real de "ciudad de ciudades sostenibles", compuesta por centros urbanos que refuercen la identidad metropolitana, compatible con las identidades locales bajo un horizonte de plena justicia social. Todo esto está muy lejos de la estrategia global que la Xunta está imponiendo a los municipios del Área convirtiéndolos en ciudades mercancía. ¿Qué hacer?
*Miembro del Instituto de Estudios Vigueses
