Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Se salvó de un ataque masivo de velutinas

Su reciente jubilación, los consejos de su médico y las exigencias de su esposa, por aquello de que no amplíe el perímetro abdominal cervecero, mi amigo sale cada día a andar muy temprano. A las diez de la mañana ya le vemos de vuelta sin perder el ritmo de su marcha que, por ahora, es vivo y "valiente". Ayer sábado le vimos llegar con el rostro desencajado y el sudor que perlaba su frente hasta parecía distinto. "¡Jod?, que susto pasei!", fue lo que me dijo sin haberle preguntado nada y, seguramente, con el deseo de echar el miedo fuera. El caso es que este mi amigo, tiene trazadas unas rutas de "andaina" distintas para cada día. Ayer le tocó subir por el Souto do Carragal (A Laxe) para tomar la carretera de Figueirido y desembocar allá por La Robleda, en Lourizán, y creo que ha decidido borrar el mapa de esta caminata porque, cuando aceleraba el paso por entre una arboleda de la zona, pisó, sin querer ni saber, un nido de avispas velutinas. "¡Eran como avións!", me cuenta todavía pálido. "Empezaron a voar ao me arredor e quedei paralizado sen saber qué facer. A modiño puxen a capucha da sudadeira fixen a estatua e, pouco a pouco, foron desaparecendo. "Non me picou nin unha pero o susto foi moito" añade ya con una sonrisa. "Estámoche bos", añade, "xa non se vai poder nin andar polos camiños". ¡Pues vaya!, este amigo es un tipo con suerte. Pues habrá que hacer la estatua.

MIGUELES Y "MIGUELEIROS"

Compartir el artículo

stats