| Sabiduría popular. O que non chora non mama. ¡Qué cierto! Si Alberto Núñez Feijóo no hubiese puesto el grito en el cielo porque el Gobierno central iba a retener los 198 millones de recaudación del IVA correspondiente al mes de diciembre, seguramente no habría arrancado a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, el compromiso de agilizar la entrega de esa partida para disponer de ella para las Cuentas de 2019. Si las autonomías tragaban con el bloqueo, fruto de una nueva gestión del impuesto diseñada por el exministro Cristóbal Montoro, el Ejecutivo de Pedro Sánchez disponía de un colchón de 2.500 millones de euros para gastar el próximo año, y no olvidemos que en 2019 hay comicios municipales y autonómicas, excepto en las comunidades históricas. Dos mil quinientos millones que, en cambio, dejarían de gestionar las autonomías. Feijóo lideró el envite, y le secundaron en el combate tres comunidades presididas por socialistas (Asturias, Aragón y Extremadura) y tres gobernadas por populares (Castilla y León, La Rioja y Murcia). A Feijóo se le puede criticar que callara con Montoro, pero no que exigiera lo que es de Galicia a Montero, o, siendo ingenuos, se le puede reprochar que tardara en caer en la cuenta de que el sistema diseñado por un Gobierno popular iba suponer tal perjuicio. Incluso puede quedar la duda de si hubiese sido tan belicoso si en frente tuviese a uno de su partido. El secretario xeral del PPdeG, Miguel Tellado, directamente acusó a Moncloa de "sisar" 200 millones a los gallegos. Sin embargo, el lío del IVA no deja tampoco bien parados a los socialistas. Tildaron a Feijóo de "cínico y deseal" por criticar al Gobierno del PSOE por aplicar una medida de un Gobierno del PP. Pusieron tanto empeño en intentar desgastar a Feijóo, que no pusieron el acento en lo realmente importante, certificar que era de justicia que Galicia ingresase en 2019, y no más adelante, los 198 millones. Tampoco se les oyó alzar la voz para exigir a los suyos una solución porque el actual Gobierno, aunque no es el autor de la norma que castiga a las comunidades, sí tiene la responsablidad de darle una solución y es, además, el único que puede hacerlo. El PSdeG, liderado por Gonzalo Caballero, casi dio por hecho que la comunidad debía tragar con el desaguisado de Montoro, y vio la oportunidad de sacarle los colores a Feijóo por los errores de su compañeros de partido, y ahí se quedó. ¡Qué fácil es ver la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio!
| Déficit de médicos. La muerte de un hombre en un Punto de Atención Continuada en A Estrada el pasado sábado, esperando asistencia sanitaria, ha reabierto el debate sobre la falta de médicos de Familia y pediatras en Galicia. La familia está dispuesta a ir a los tribunales, y ya ha denunciado el suceso ante la Guardia Civil. Por su parte, los colegios médicos han reclamado, de nuevo, la reforma del modelo de Atención Primaria. Han sido muy duros por "la inacción" de la Consellería de Sanidade, ante un problema que se veía venir: la carencia de profesionales. Tal severidad y contudencia no es habitual en el colectivo médico. También advirtieron a la Xunta de más desgracias, si no hay "un cambio drástico". La Consellería de Sanidade se defiende y sostiene que sí se ha puesto manos a la obra, alargando la edad de jubilación, aumentando las plazas MIR,... pero a la vista está, y eso no lo puede negar el departamento de Jesús Vázquez Almuiña, que no es suficiente. El Sergas mantiene que es una problemática a nivel estatal, pero a los gallegos que se ponen enfermos y van al PAC y se encuentran una sala llena de pacientes pero la consulta vacía porque el doctor está fuera atendiendo una urgencia domiciliaria, no les sirve de consuelo pensar que extremeños o madrileños padecen la misma situación. Tampoco pueden entrar dudas al enfermo sobre el médico que le ausculta: "¿Habrá dormido? ¿Habrá descansado algún día este mes? ¿Habrá encadenado consulta en el centro de salud con guardia en el PAC? ¿Seré yo el paciento número 80 que ve hoy?" El relato que los médicos de Familia, sobre todo los eventuales, hacen de sus condiciones laborales, es demoledor. Si dudamos de los doctores, dudamos del sistema. Eso es lo que está en juego, la sanidad pública.
| En Marea. El próximo viernes se reúne el Consello das Mareas. Es la primera cita desde que el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, secundado luego por los otros dos regidores del cambio y las fuerzas impulsoras de En Marea, planteara una Mesa pola Confluencia. La dirección del partido instrumental, con Luís Villares al frente, rechazó la oferta. Desde que se abrió el cisma hace poco más de un año entre la coordinadora y los alcaldes, que lideran el sector crítico, el bando opositor no asiste a estas reuniones. Villares y los suyos sacan sus propuestas adelante, pero también queda en evidencia la fractura de En Marea. ¿Asistirán en esta ocasión los regidores para defender sus posiciones? ¿Y acudirá Xosé Manuel Beiras? En el último plenario, celebrado en marzo, hizo acto de presencia para denunciar que "no se puede luchar contra la casta si hay casta dentro", un claro ataque a Podemos. En ese momento respaldaba a Villares, pero en julio apostó por el paso al frente dado por el regidor compostelano. Argumentó: "La interlocución no va contra nadie y si hay un problema no se puede negar". También declaró: "Negarse a hablar me recuerda a ciertos tiempos en determinadas fuerzas políticas que terminaron como terminaron", en velada alusión a la ruptura del BNG. ¿Tomarán nota todos en En Marea e intentarán reconducir la situación?
