Con profunda preocupación leo algunas declaraciones por las que parece pretenderse que alguna institución declare al Presidente Núñez Feijóo persona "non grata". Personalmente detesto la política cuando se ejerce con ataques "ad personam", creo que esto no debe de ser así: un verdadero espíritu democrático, lo primero que tiene que tener en cuenta es que el otro puede tener razón y esta es la quintaesencia de la tolerancia democrática: se trata de contrastar con otros lo que creemos que es mejor para todos; unos defienden una vía y otros otra. Tampoco me gusta ni apruebo las guerras entre instituciones: la cooperación entre las distintas administraciones públicas es lo que la gente quiere y además tiene todo el derecho a exigirla. Esto me lleva a escribir estas líneas en el ánimo de intentar que la demagogia no escale en la ciudad.
En primer lugar, hay que explicar que el término de persona non grata, es un término del Derecho Internacional, recogido en la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 y es un derecho reservado a los Estados para rechazar a un determinado representante diplomático. Los ayuntamientos no tienen competencias para estas declaraciones y, si se hacen, se pueden recurrir y el resultado puede ser bochornoso para quien emita semejantes juicios. El daño económico y social más grave causado a la ciudad, fue el causado por la decisión de la Comisión sobre el Tax Lease que llevó al paro a miles de trabajadores, arruinó centenares de empresas y situó a los astilleros vigueses en una situación casi imposible, en una decisión legalmente cuestionable y fuera de proporción: la tomó la Comisión a impulso de un comisario socialista; pues bien, tampoco creo que declarar a ese comisario como persona non grata haya sido una decisión ni adecuada ni pragmática. Insultar a una persona así no tiene ningún resultado práctico, ni es de buena educación democrática. Hay otras vías.
Además, la polémica se sitúa por una decisión relativa a un sistema, como el Passvigo, en la que se pretende una discriminación por residencia. Hay que tener mucho cuidado con estas cosas porque estamos en la Unión Europea, donde este tipo de discriminaciones suelen condenarse si se llevan al TJUE: por ejemplo, no se pueden establecer diferentes precios para la gasolina para residentes en España y turistas, ni se pueden establecer diferentes sistemas de "pago en la sombra" en las autopistas entre residentes y no residentes de la zona cuya administración hace esos pagos. Cuidado con estas cosas, porque estas discriminaciones no nos gustarían a los vigueses si nos las aplicaran, por ejemplo, cuando vamos a Burdeos de visita.
Pero yo quiero hablar bien del Presidente Feijóo: confieso mi amistad y aprecio personal por el personaje. Fuimos competidores y me ganó, y creo que afortunadamente para Galicia. Es una persona que desde el principio de su mandato entendió la crisis cuando los que mandaban en España prohibían pronunciar tal expresión. Es muy injusto decir que no ha hecho nada por Vigo. No es verdad. Vigo es una ciudad que basa su economía en la iniciativa privada y muchas veces, probablemente de manera interesada, se quieren ignorar los fondos públicos que se han destinado a la empresa privada viguesa. La mayoría de las empresas frigoríficas, de transformación de las industrias de la pesca, de conserva, empresas armadoras de buques han recibido muchas y justificadas subvenciones de la Xunta y en buena medida, eso ha ayudado a que mantuvieran su competitividad durante la crisis. En otros sectores? ¿De verdad creen los vigueses que el presidente no hizo nada para que PSA-Peugeot-Citröen continuara su actividad en Vigo? ¿Nos hemos olvidado los vigueses de las gestiones indudablemente hechas por el Presidente Feijóo para mantener en actividad los astilleros? Podía continuar con un largo etcétera. Pero a los que tengan dudas, que les pregunten a los empresarios en cuestión y ya verán lo que les cuentan.
En materia de infraestructuras, no debemos de tener la memoria corta: Vigo tiene una excelente circunvalación que supuso una inversión millonaria y en la que el Presidente Feijóo tiene mucho que ver porque compartimos gobierno en el último del Presidente Fraga, y él era el Conselleiro de la COTOP. Recientemente las inversiones han sido muy cuantiosas, entre las que están las correspondientes a la depuradora de las aguas residuales de Vigo y una larga lista adicional.
En este tipo de artículos no se puede extender uno, pero reflexionemos: Vigo es grande, pero no puede subsistir sin los municipios del contorno, precisamente por ser muy grande en todos los aspectos: ¿nos hemos parado a pensar de dónde viene el agua de Vigo, o donde se trata nuestra basura? Cordura pues y contención en política. En lo que a mí respeta el Presidente Feijóo es persona gratísima, sensata y cabal; nunca hace ataques a las personas, aunque debate democráticamente y sin demagogias. Soy amigo y no puedo decir otra cosa pero? ¿y si los vigueses lo tratáramos con un poco más de justicia?
*Presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo
