Todo en está vida es discutible, máxime si hacemos referencia al territorio político municipal. Y Ourense no es ninguna excepción, aunque en muchas ocasiones la realidad y el esperpento caminan de la mano. Es por eso que lo que aconteció en el pleno del viernes visualiza que la negociación, sin entrar en otras consideraciones, debe conducir a un acuerdo, que como sucede siempre es bueno para uno, pero mortal de necesidad para otros. De lo que nadie tiene duda es que había un problema, de los muchos que afloran en la casa municipal, aunque en este caso de mayor envergadura y con consecuencias directas en un servicio sensible, como es el social. De ahí la relevancia que tiene el paso al frente dado por DO, con contrapartida de rebaja fiscal, de la que también se beneficiarán los ciudadanos. Se acabó con una incertidumbre que ya había calado en los principales afectados: las personas que por su situación deben acudir a esos servicios sociales. Es por eso que a estas alturas de la película municipal, todos tienen claro que la responsabilidad es de los que gobiernan, por lo que el problema generado está en su debe. Pero eso no debe llevar a que ante la falta de acuerdo de los que puedan presentar otra alternativa de gestión política, cuestiones tan determinantes sufran un deterioro irreparable. Dar un paso al frente es para reconocerlo, guste más o menos a los intereses partidarios. Todos quedan retratados, unos en blanco y negro, otros en color.