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Antonio Touriño

El mirador de Lobeira

Antonio Touriño

En busca de un mártir para Cambados

La situación de debilidad de las fuerzas de izquierdas, desde el PSOE a las Mareas, incluidas las afines a Podemos, y el inane compromiso de las pseudofuerzas independientes y aquellas afines a Ciudadanos, -en O Salnés prácticamente inexistentes- dan oxígeno al PP que necesita recuperar espacios en la comarca para el nuevo asalto a las Alcaldías.

El caso de Telmo Martín que devuelve a la formación de la gaviota uno de los ayuntamientos más simbólicos de Galicia -la Marbella gallega, le llaman-, es el claro ejemplo de la estrategia a seguir.

No es de extrañar que en Cambados pueda pasar otro tanto de lo mismo y que Aragunde esté moviendo todas las fichas para ganar sobre la bocina a un cuatripartito que hace dos años le llevó a la bancada de la oposición.

Éste es el único momento posible para que fecunde este propósito. Todavía quedan dos años de gobierno pero el PP tendrá que estar ágil para convencer a José Ramón Abal de la bonanza de un pacto más natural pues a nadie se le olvida que Cambados Pode es tanto o más de derechas que los primeros.

¡Claro que hay diferencias! Si no las hubiera el PP no estaría ahora con estos petates de presentar mociones de censura o de hacer pactos llamando en la puerta de atrás.

Pero en Cambados no son de signo político las discrepancias sino una cuestión personal que en otras épocas podrían implicar un reto a un duelo en toda regla.

Ahí está lo complicado, pues a Ramón Abal le han dado bastante manga ancha durante los dos primeros años de mandato. Y además tiene el comodín de la Ciudad del Vino que le convierte en el "más alto dignatario" municipal en muchos foros.

Por eso el PP va a tener que elevar la apuesta al máximo si quiere que la villa del albariño vuelva a entonar el "cha-chá, cha-chá, cha-cha, chachá-chancha.

Y es que no se trata de un juego de niños. Dinero sí tendrá que invertir la Xunta, como ya hizo en Pontecesures hace unos meses. Compromisos también como en Sanxenxo. En Ribadumia todavía no hay nada claro, pero en la villa del albariño alguien puede reclamar una cabeza en bandeja de plata. Y dicen que de un alto cargo de la provincia pero éste nunca quiso ser un mártir.

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