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Joaquín Rábago.

Hartos de Trump

Cada día espero no tener que volver a escribir otra columna más sobre la última barbaridad del ocupante de la Casa Blanca y poder dedicarme a temas más edificantes. Confieso, sin embargo, que evitarlo es a veces superior a mis fuerzas: el político para quien su colega francés, François Hollande, pidió recientemente "respeto" porque lo eligieron los ciudadanos no está dispuesto a darnos tregua.

No solo insulta Donald Trump un día sí y otro también a los medios de comunicación porque se atrevan a cuestionar lo que dice, sino que no parece respetar tampoco a una institución clave como es la justicia cuando esta dicta alguna resolución contraria a sus deseos. Eso, en cualquier país -no hace falta que sea Venezuela o Zimbabue- se llama despotismo y quien ejerce así el poder no puede recibir otro calificativo que el de déspota, con independencia de que lo hayan elegido sus compatriotas: por cierto que una minoría.

Lo último del presidente Trump es su desafiante declaración de que procederá a un "aumento histórico" del presupuesto militar. Y digo "militar" porque en el caso de la superpotencia, hablar de "defensa" es puro eufemismo. Y lo incrementará, ha afirmado, mientras se relamían sin duda de gusto al escucharle los fabricantes de armamento, para que Estados Unidos vuelva a "ganar guerras".

Una clara declaración de intenciones de quien solo parece haber lamentado la aventura iraquí en que se metió el país y este metió de paso a sus aliados no porque fuese una guerra ilegal, sino porque el resultado económico no fue el que esperaba Washington. "Cuando era joven, en la escuela, en el college, todo el mundo decía que América nunca había perdido una guerra, pero ahora nunca ganamos, no luchamos para ganar", se lamentó el otro día Trump.

El presidente republicano no parece creer en la distensión, ni tampoco en la disuasión, sino que, acostumbrado a ganar siempre en los negocios, aspira a otro tanto en el terreno militar.

Clara superioridad militar y, de paso, destrucción del medio ambiente, porque hay que seguir creciendo y eso del cambio climático es pura patraña. No ha hecho más que empezar su mandato y estamos ya hartos de Trump.

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