El futuro se jugará en el área metropolitana a través de los agentes activos que presentarán los principales retos sociales, económicos y ambientales. Los partidos políticos tienen que actuar con sus representantes en la dinámica de consensos que se constituyan para tal fin. Por eso nadie debe estar ausente en la vertebración del desarrollo intermunicipal.
El Partido Popular no debe estar huido y malograr la oportunidad en la cohesión del desarrollo metropolitano, por no entender los beneficios de la gobernanza metropolitana. Un partido político no se determina sólo por su actividad electoral, por eso los representantes municipales del Partido Popular no son un grupo de opinión, sino una estructura política desarrollada que tiene la tarea de consolidar y articular esta nueva institución participativa metropolitana. Por eso debería recapacitar su actitud al abandonar su integración en los órganos del Área Metropolitana de Vigo (AMV), vincularse a las aspiraciones de la sociedad municipalista y ser consecuente con sus funciones públicas en esta vertiente institucional. Es posible que los alcaldes y consejeros del PP abandonaran el AMV días atrás porque encontraron su espacio político ocupado. Sin embargo el cuerpo socio-económico, en donde este partido tiene influencia, está dentro del Área. No se entiende que las siglas y representantes populares estén fuera de la institución y los colectivos empresariales la apoyen desde dentro, reconociendo al ente supramunicipal, dispuestos a ofrecer sus capacidades competenciales para que este organismo pueda ostentar la gestión del urbanismo, el agua, los residuos o el transporte, entre otros.
Y hablando de transporte: en la actualidad el transporte público es prestado por varios grupos empresariales a través de concesiones concertadas con la Xunta de Galicia y el Concello de Vigo con Vitrasa. Con todos ellos hay que entenderse y negociar el establecimiento de una nueva red metropolitana. Una vez iniciados los primeros compromisos de movilidad en su primera fase, el principal desafío es actualizar los trazados y frecuencias de acuerdo con la demanda real del volumen demográfico del Área. El transporte interurbano que atiende a los municipios, además de no ser competitivo con el vehículo particular, está anticuado y anclado en los viejos conceptos de concesión administrativa. Habrá que hacer el estudio de trazados de las zonas más densamente pobladas y de mayor ritmo de crecimiento, a la vez que se estudia un tipo de servicio moderno para aquellas demarcaciones con menos demanda.
El sueño metropolitano no puede romperse, sobre todo ahora que se extiende sobre la mesa su planificación y organización. Este sueño metropolitano vigués viene de lejos y es el resultado de ambiciosos proyectos, algunos utópicos pero necesarios, en el que han participado muchas instituciones y gentes de muchos colores. Quizás el mayor valor de esta recién creada Área Metropolitana de Vigo sea su inspiración institucional y popular, cuya visión global ya es apoyada por los pueblos que la constituyen.
