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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El guion

Pues la verdad es que, aun a pesar de que muchos deseasen otra cosa, no fue necesario un profeta bíblico para vaticinar que la investidura del señor Feijóo iba a transcurrir como transcurrió. Al menos en la primera de sus sesiones, en la que el candidato desarrolló su programa y la oposición resumió en los pasillos lo que dirá mañana en la tribuna: que no va a respaldar las intenciones de don Alberto resumidas en su pretendida reelección.

Pretender otra cosa era pura fantasía. Y no porque la oferta presidencial fuese débil o inconcreta -de hecho, su discurso recogió bastantes más detalles que la mayoría de los anteriores- o careciese de habilidad retórica -lo inició con un infrecuente "hay recursos" y añadió que serían aun mejor utilizados-, sino porque en la Celtiberia la oposición entiende que decir "no" es un dogma hasta para los agnósticos. Y punto.

En todo caso, el discurso del candidato fue correcto, planteado en clave de lo que queda por hacer -un modo hábil de hacer autocrítica al detallar lo que aún no se ha hecho- y, en varios pasajes, incluso brillante. Habló su señoría de esperanza y de una Galicia "para todos" que necesariamente -si ha de serlo- debe acabar con la desigualdad y el paro y explicó cómo pensaba hacerlo.

No es poco. y en estos tiempos tiene más mérito, sobre todo cuando -y en eso insistió- advirtió urbi et orbi que en la futura financiación autonómica no aceptaría en ningún caso que se pretenda resolver problemas -refiriéndose, sin citarla a Cataluña- a costa de los derechos y las necesidades de los gallegos. Y sonó bien.

Quedó dicho lo de que se cumplió el guion porque las varias izquierdas que aquí hay, lo rechazaron todo, el fondo, la forma y las ofertas del discurso. Solo el portavoz del PSOE, señor Leiceaga, dejó inteligentemente entreabierta la puerta para colaborar en lo de la financiación. Los demás aplicaron aquello de que al adversario ni agua.

Están en su derecho, eso resulta evidente, aunque quizá debieran meditar que la sed les puede afectar más a ellos que a la mayoría absoluta. Pero como cada maestrillo tiene su librillo, habrá que esperar a ver. Lo que pareció claro es que la oposición tiene geometría variable, será tenaz pero modulada en el PSOE, algo tremendista en EM y rotunda en el BNG. Y aunque con margen cómodo, el PP tendrá trabajo.

En todo caso, mañana se completará el proceso de investidura y las izquierdas se explicarán en la tribuna más y mejor que ayer en el pasillo. Pero el guion, eso sí, será el mismo, y por tanto el único allegro final será para el ya reelecto presidente Feijóo. Que se lo ha ganado en las urnas, donde debía. ¿Eh...?

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