Pues la verdad es que, en opinión personal de quien la expone, cometerían un error quienes, en la dirección del PSOE gallego -si es que la tiene- hicieran caso omiso a la advertencia que en este periódico le remitió la diputada y ex/conselleira Carmen Gallego. Que hizo un buen trabajo en el Departamento y el escaño y mostró algo que no abunda hoy en día en ese partido: lealtad, hablando claro, a quien la eligió.
Ha dicho, su señoría, que si el proceso de confección de listas socialdemócratas se basa en una "renovación" que consista solo en dar la vuelta a la tortilla de los cargos desde arriba y para los amigos sin atender a las bases, lo más probable es que el PSdeG lo pague en la calle y por años. Pero eso, que parece una verdad, no sería nuevo: al fin y al cabo "esa" izquierda viene cayendo en ello de una manera sucesiva, aunque desigual, desde hace ya bastantes convocatorias electorales. Y de ahí su declive ideológico.
Conste que la decadencia no se basa solo, ni sobre todo, en eso. Resulta también evidente la multiplicación de los taifatos territoriales y el deterioro de la autoridad interna, quizá producto del declive de la autoritas de sus dirigentes y su incapacidad para elaborar, o al menos difundir de modo solvente, un proyecto viable de país a la vez que plasmarlo en un programa electoral a la vez sólido y atractivo.
Pero lo más grave, al decir de algunos observadores, es el creciente alejamiento de los esquemas políticos del socialismo gallego de la realidad social y económica del país. No hay enunciados concretos para resolver los problemas en un plazo razonable, y la reciente intervención de su candidato en un foro empresarial se saldó con la estupefacción de los asistentes, incluidos los leales.
En cuanto al alejamiento político de la sociedad gallega se demuestra en la disparatada política de pactos locales que ha llevado a los socialistas a depender de otros allí donde gobiernan o a entregar en mano grandes ciudades a los que serán, o son ya, sus rivales en la izquierda, más directos y feroces que los que tienen a su derecha. Y hasta ahora podían salvar algo gracias al prestigio personal de algunos cargos, pero eso, como advierte la señora Gallego, también podría perderse.
No se trata de presentar una especie de oración fúnebre por ese partido, aunque si no espabila -y pronto- llegará a los umbrales de la extrema unción en cualquier momento. Hay figuras en el PSdeG que pueden y deben dar un paso adelante para al menos mantenerlo donde está ahora para, en su momento, tratar de recobrar el impulso perdido y llegar de nuevo a ser la alternativa viable al PPdeG que el país necesita.
Ojalá...
