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Gonzalo Cabanillas Gallas, el hombre providencial

Gonzalo Cabanillas Gallas entró por la puerta grande en la intrahistoria de esta ciudad como padre de la Residencia Montecelo. El día de su inauguración así lo reconoció el propio ministro Licinio de la Fuente ante todos sus paisanos y amigos pontevedreses.

En su condición de subdelegado de Servicios Sanitarios del Instituto Nacional de Previsión, el otro Cabanillas resultó el hombre providencial que en 1970 desempeñaba el cargo oportuno para incluir a Pontevedra en el nuevo mapa de construcciones sanitarias que programó el Ministerio de Trabajo para los años siguientes.

Cuatro años más tarde, el hermano de Pío se sintió el hombre más feliz del mundo cuando el centro se hizo realidad y reclamó su implicación a todos los profesionales para convertir Montecelo en un referente de la Seguridad Social.

Con el paso del tiempo Gonzalo Cabanillas desarrolló una brillante carrera en la gestión sanitaria pública que le llevó a dirigir los hospitales más importantes como el Vall d'Hebron, en Barcelona, y el Doce de Octubre en Madrid. La guinda de su admirable trabajo fue la creación de la Clínica de La Luz en Madrid.

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