Entre flores te lo digo

Estoy leyendo el libro de la abogada viguesa (o de Ponteareas, no recuerdo) Isabel Blanco-Rivas y una de sus historias habla de una mujer que vive entre flores, regalando aromas hechos de lavanda y hierbaluisa, tomillo, romero y albahaca, entreverados con gardenias, té verde y dafnes. Eso me recuerda que tengo una cita floral aún insatisfecha con Seve González, que es como Isabel un abogado aunque él dejó la profesión por el comercio y la pasión que siente por las flores. Creo yo que Seve es uno de esos vigueses con iniciativa, que intenta innovar , y eso lo ha aplicado a su tienda floral de Vigo Aloa (Barcelon, 85). Yo quedé con él para brindar entre flores por el primer aniversario del proyecto, porque su tienda es un espacio al mas puro estilo "concept store" de las grandes capitales de todo el mundo. No una floristería al uso, sino que, aparte de los servicios de floristería tradicionales, entra en el mundo de la decoración, moda, fragancias para el hogar... Pero a nosotros lo que nos importa es que es un vigués con ganas.

Entre Inés, Manfred y Carpo

No soy lector de blogs a pesar de los buenos blogs que andan por el mundo digital, porque los periodistas ya estamos sobresaturados con la información normal que tenemos que gestionar en nuestro trabajo. Sin embargo de vez en cuando entro en el de Inés Elorrieta porque me lo pone en bandeja, y el otro día vi un comentario de un viejo amigo suyo y mío y de gran parte del mundo artístico vigués: el alemán Manfred Schwarz Con Manfred, que vivió y bebió mucho en Vigo, que fue mercenario en Vietnam y se casó varias veces y que ya se nos fue para siempre, monté una vez una exposición de carteles en 17 bares de copas de la calle Areal que era un lujo que ya quisiera un museo. Era un cartelista con una colección de antología, que no sé a dónde habrá ido a parar. Inés Elorrieta habla de un pintor que retrató a Manfred, una de cuyas obras ocupa un espacio de mi casa desde una noche de farra que tuve con él en A Coruña en los años 80: Alberto Carpo. Recorrimos la noche y me hizo un retrato en las primeras horas del alba. Mira por donde, leyendo un blog lo he localizado y reencontrado 30 años más tarde.

Entre cordero y cochinillo

No puedo entenderlo. Me lió Miro Carballo a una especie de cata de cordero y cochinillo traído por él y cocinado en El Capitán, a ver si acertaba su origen. Pero ¿qué voy a saber yo del origen? le dije. Allá fui y, en la puerta, nos encontramos con Beny Fernández, que traía por azar unas botellas de vino ecológico A Pita Cega, de las que descorchó una que sabía de lujo. Ya puestos ante el cordero y cochinillo, en vez de tinto abrimos una de blanco Regina Viarum, un godello que nos hizo llegar Horacio Gómez como su última apuesta. Acompañó bien, Horacio sabe apostar. Comimos cordero y cochinillo, me gustó y juré que no tenía idea de su origen. ¡Tanto uno como otro eran conservas de su tienda La Chinata y y no noté nada!