El Patio de Cachamuiña
Javier Mosquera
Del Casco Vello y unos amiguitos de lo ajeno: 1
Miércoles a eso de las nueve y pico de la mañana. Dos individuos fuerzan el almacén de un restaurante de la calle Triunfo, en lo mejorcito del Casco Vello. Seleccionan mercancía y salen cargaditos de bebida de la cara en su propio cuerpo y de botellas en una mochila y con una caja al hombro
Al abandonar la gambuza se topan con una dotación motorizada de la policía que charla unos instantes con ellos y les permite seguir como si tal cosa. En su abandono del escenario del crimen y con evidentes dificultades de estabilidad, se les caen unos zumos que llevaban en los bolsillos, se disculpan ante los agentes por manchar la calle y hasta recogen los cristales rotos. Un detalle. La poli en su coche llega hasta la plaza de la Constitución y se detiene. Es decir, se para.
Del Casco Vello y unos amiguitos de lo ajeno: 2
Un repartidor de refrescos en plena labor de distribución de mercancía informa a los agentes sobre la procedencia de lo que portan los dos individuos en cuestión, a lo que le responden que vale, que ya lo saben, porque aquí nos conocemos todos...
Insiste y logra que se dirijan hacia el local asaltado, pero aunque está sólo a unas decenas de metros hacia abajo, lo hacen en coche dando un rodeíto por Chao y calles sucesivas. Pasan por delante del tambucho, regresan a la plaza, salen del coche, lo cierran por si acaso, que hay mucho caco, y se van a tomar un cafelito.
Del Casco Vello y unos amiguitos de lo ajeno, y 3
A media mañana, un vecino advierte al dueño del almacén de que hay otro individuo dentro. Lo cazan in fraganti y dice que había entrado a beber.
Avisan a la policía -la misma, pero otros- que acude motorizada, le comunican que es el segundo asalto en cuestión de horas y... Toman nota.
javiermosquera@farodevigo.es