Dicen los que entienden de la planificación política que las próximas semanas van a ser decisivas para los grandes proyectos que están pendientes en la ciudad. Que, poco a poco, se van a materializar los documentos que permitirán desbloquear las iniciativas relacionadas con la alta velocidad, con las autovías, etcétera.

Cierto es que el Ministerio de Fomento, con el que el gobierno local mantiene una excelente relación, debe de dar el "arreón" definitivo a todo lo que queda por hacer, a todo lo que se había dicho que estaría listo este año y que todavía no se ha plasmado en acuerdos concretos. El convenio para la entrada de la vía de alta velocidad hasta la estación de Urzáiz, los estudios para el AVE por Cerdedo, los acuerdos para la construcción de la nueva estación ferroviaria, los estudios para la autovía que conectará Pontevedra con Peinador y que debe ser la alternativa al puente de Rande, son algunos de los ejemplos de las cuestiones que deberían estar ya zanjadas y que aún no se han visto plasmadas en documentos oficiales.

Más que nada por que la convocatoria electoral de las autonómicas está ahí, a la vuelta de la esquina, y ya se sabe que todos aquellos anuncios que se realizaron hace tiempo y que no se concreten pueden pasar factura. Claro, que si se realizan, podrán ser esgrimidos como apuntes de eficacia y de buena compenetración entre las administraciones.

Sobre todo porque todo indica que, al igual que ocurrió hace tres años y medio, los votos de Vigo pueden convertirse en decisivos a la hora de que en Santiago gobierne uno u otro color político.

Con todo este planteamiento sobre la mesa no es de extrañar que quienes manejan los entresijos de la cosa política desde bambalinas apuesten por que las presentaciones y las firmas van a empezar a caer un día sí y otro también. Al margen de ello, si esas semanas se tornan decisivas serían excelentes para la ciudad y para los vigueses.